2016 un año de esperanza

Hoy es un buen día para que hagamos una reflexión sobre lo que fue el 2015 en materia de Responsabilidad Social.

Antonio Vives, en su artículo  “Avances y retrocesos en la Responsabilidad Empresarial durante el 2015”,  cita: “Pero el 2015 ha sido un año muy rico en eventos que pueden significar un cambio importante en el rumbo de la responsabilidad empresarial” y menciona entre los grandes logros: el Acuerdo de Paris, los Objetivos del milenio y los Desarrollos en la información sobre la responsabilidad empresarial; entre otros y como retrocesos el fraude de Volkswagen, el balance de género en los consejos. A estos yo agregaría las condiciones de esclavitud de los trabajadores en muchos países con cifras alarmantes, los gobiernos con regímenes dictatoriales encubiertos,  la falta de transparencia de algunas empresas y organizaciones, la corrupción que ha llegado a sus límites máximos y el tema de la igualdad de la mujer en todos los ámbitos.

Pero más allá de la RSE desde el punto de vista de la organizaciones y su impacto; éste ha sido un año muy duro para la humanidad, muchos actos violentos han ensombrecido la paz del mundo y han cegado injustamente muchas vidas inocentes, es por eso que creo que es importante que cerremos el 2015 con la esperanza de que este año que inicia sea un año de mayor comprensión, donde los seres humanos aprendamos a respetarnos  tanto en nuestras convicciones religiosas, como en nuestras costumbres, que aceptemos la diversidad y la inclusión, que ayudemos al más necesitado y  que trabajemos todos para contribuir a un mundo mejor y que finalmente  logremos la paz y la justicia social  que merecemos.

“Para conseguir la paz se necesita valor, mucho más que para hacer la guerra, se necesita valor para decir si al encuentro y no al enfrentamiento; si al dialogo y no a la violencia; si a la negociación y no a la hostilidad; si al respeto de los pactos y no a las provocaciones.”

Papa Francisco.

Fuente: http://diarioresponsable.com/opinion/22717-2016-un-ano-de-esperanza