Tres claves básicas para motivar a los empleados y aumentar su productividad

(f) En esta columna especial para iProfesional, Diego Feldberg, Director de Dafing Group, aconseja cómo guiar a los colaboradores sin colapsar en el intento

En un contexto marcado por el cambio permanente y la actualización casi frenética de la información, los líderes de empresas tienen que estar un paso adelante para poder marcarle el ritmo a sus empleados.

En esta era donde la única constante es el cambio, tanto emprendedores como directivos de organizaciones encuentran dificultades a la hora de planificar, por lo que experimentan elevados niveles de incertidumbre y desmotivación en sus equipos.

Al desafío de estar al día con las últimas novedades, los CEO y directores suman la tarea no menor de guiar a quienes dependen de ellos en la organización. ¿Cómo se puede lograr esto sin colapsar en el intento? Aquí van algunas claves básicas para transmitir al personal, y mantener así su nivel de productividad intacto:

• Enseñar desde el ejemplo: es importante que la imagen que querramos que nuestros empleados imiten, esté visible y comprobable en nuestro propio comportamiento. Es decir, si queremos que trabajen con ganas y entusiasmo, tenemos que ser los primeros en demostrar ese compromiso y transmitir los valores y beneficios de lograr buenos resultados en equipo.

• Ser promotores del cambio: la desmotivación ocurre muchas veces precedida por la incertidumbre. No saber para dónde va la compañía o qué va a pasar con su puesto o con su rol en épocas de cambios, se convierte en una fuente de conflicto para el empleado. Esto se resuelve informando al personal acerca de la estrategia de la empresa, brindando resultados financieros y contestando todas las preguntas y dudas, y fundamentalmente, transmitiendo tranquilidad y mensajes positivos en relación a los cambios.

• Proponer nuevos enfoques: los anteriores puntos suceden si se realiza un verdadero cambio de paradigma y de visión empresarial. Los estilos de liderazgo están en pleno proceso de renovación, y esto sólo es posible gracias a un aprendizaje basado en desandar los caminos previos y en modificar estructuras que ya no son útiles. El resultado de estos nuevos enfoques no es otro que el cambio en los comportamientos y la obtención de resultados acordes a los nuevos tiempos que corren

La principal clave en la actualidad es el auto-aprendizaje. El modelo ideal es el de la empresa que logra verse a sí misma y aprender de sus errores para modificarlos. A diferencia de lo que pasaba en los ´90, cuando los fenómenos dentro de una corporación se analizaban como independientes entre sí, hoy en día el paradigma vigente nos invita a tener un enfoque más holístico.

Pero además, hoy la motivación pasa por la comodidad, ya sea por la ubicación del lugar de trabajo con respecto al hogar del empleado, por el clima laboral (desde la ambientación hasta la «buena onda») y por el reconocimiento -que puede ser una simple palmada en la espalda, una felicitación en voz alta o incluso cualquier otro tipo de premio-.

En este sentido, las acciones motivacionales enfocadas a generar pertenencia, como por ejemplo el Family Day, Nuestro Hijos nos Visitan, la Fiesta de Fin de Año, o bien clases de gimnasia o de cocina dentro de la empresa, colaboran en la generación de un mejor clima de trabajo, para que los empleados se sientan cómodos y motivados.

Aprendizaje experiencial

Es aquél que basa sus métodos en la premisa de que, fisiológicamente hablando, somos capaces de retener cognitivamente y a largo plazo alrededor de un 20% de lo que oímos, un 40% de lo que vemos y un 80% de lo que experimentamos. Esto significa que aquellos aprendizajes que realizamos a partir de una experiencia son los que mayor efectividad van a tener en la modificación de nuestro comportamiento.

Ahora bien, ¿cómo se llevan a cabo este tipo de trainings concretamente? Mediante juegos y dinámicas grupales. Lo lúdico ayuda a separar a las personas de sus estructuradas aprendidas y naturalizadas y plantear caminos alternativos de resolución de problemas. Básicamente, lo que se trata de hacer es ubicar a las personas en paradigmas distintos a los que vienen acostumbrados, con el objetivo de que consideren a los cambios como oportunidades para mejorar su desempeño.

Este tipo de entrenamiento puede ser muy útil para diagnosticar el «estado de salud» de un grupo de trabajo y para enfocarse en casos concretos de personas que necesiten encontrar su lugar en la nueva estructura. Sentirnos cómodos en nuestro lugar de trabajo hará que tengamos un mejor desempeño y contribuirá a mantener estable nuestro nivel de proactividad.

En definitiva, las nuevas circunstancias y objetivos requieren de nuevos enfoques y respuestas, de nuevas maneras de hacer las cosas, y de líderes que, observando los escenarios con nuevos ojos, logren enrolar y motivar a los integrantes de la organización en el diseño de una nueva visión.

(fuente: IProfesional.com POR DIEGO FELDBERG, DIRECTOR DE DAFING GROUP– 30/9/13)

 

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