Sueldos ejecutivos: inflación e Impuesto a las Ganancias, los rivales a vencer

Capacitacion - Sueldos - Impuestos - RivalesPara este año los incrementos previstos para este segmento serían de entre 30 y 34 por ciento. La tendencia de dar menos aumento y compensarlo con mejores beneficios sigue vigente, pero ya no alcanza para compensar el desgaste del poder adquisitivo. También se esperan bajas bonificaciones anuales.

El Instituto Nacional de Estadística y Censos(INDEC) reveló un informe el martes, en el que indica que los salarios en el primer trimestre del año crecieron un 33% en la medición interanual.

El organismo aseguró también que los sueldos en el sector público crecieron un 32,87% y en el sector privado un 34,17%, entre el primer trimestre de este año e igual período del año pasado.

Los números distan un poco del pedido que de forma no oficial bajó desde el gobierno nacional, para no cerrar paritarias con incrementos de 30% o más este año, para contener el avance de la inflación.

Aunque muchas veces los salarios ejecutivos quedan fuera de las negociaciones colectivas, este segmento de la población también queda preso del «techo» no oficial a los aumentos, la inflación galopante, y en la mayoría de los casos, además paga elevadas cifras por Impuesto a las Ganancias.

La tendencia de entregar menos aumento y compensarlo con mejores beneficios en las categorías más altas sigue vigente, pero ya no alcanza para compensar las pérdidas de poder adquisitivo que viene afectando a los ejecutivos en los últimos años.

A esto se suman, según publicó el diario El Cronista, las bajas bonificaciones anuales que se esperan para 2015, debido a la caída de la actividad en la economía en general.

El incremento inicialmente previsto para los ejecutivos fuera de convenio, para este año, fue del 34%. Se trata de una importante mejora en relación al 25% pronosticado para el año pasado, cuya inflación anual resultó de alrededor del 38%, según consultoras privadas relevadas por el matutino.

Según dijo al diario Javier Tabakman, líder de Talento para Latinoamérica de Mercer, durante 2014 la inflación fue mayor que los ajustes. Pero este año la historia no se repetiría.

El 34% previsto estaría superando a la inflación, que en esta primera etapa del año muestra una leve reducción a partir de una incipiente recesión y al «techo» del 27% que el Gobierno intenta fijar a las paritarias.

Sin embargo, estos factores están haciendo tambalear la cifra inicial: ahora, se evalúa un aumento cercano al 30%.

«El porcentaje al cual cierren las paritarias será el que termine por definir los aumentos para cada posición, para evitar que se distorsione la estructura salarial», indicó a El Cronista, Daniel Iriarte, socio Director de Glue Consulting.

Desde Hay Group, Ignacio Martínez Escalas, gerente de Servicios de Información Salarial, explicó que tanto la resolución de paritarias como los niveles de inflación están haciendo que muchas empresas «estén a la espera» para definir la suba.

Sin embargo, esto podría resultar en un arma de doble filo para las compañías, ya que la inflación podría empeorar o mejorar en la segunda parte del año, señaló al matutino Eduardo Suárez Battán, director Ejecutivo de Suárez Battán & Asociados.

Por otro lado, todavía hay muchos sindicatos que no cerraron paritarias, y algunos están acordando cifras superiores al 30% que se pide desde el Gobierno. Fue el caso de los Aceiteros, los Portuarios y el gremio de la Alimentación.

A diferencia de estos casos, al personal fuera de convenio se le suelen realizar varios ajustes en el año, y de acuerdo al matutino hay firmas que dividen la suba en tres y hasta cuatro veces. «Esto ocurre, principalmente, en las compañías de consumo masivo, farmacéutica y oil & gas», detalló Iriarte.

En su mayoría, estos aumentos ejecutivos son otorgados en función al costo de vida, el desempeño y su posicionamiento salarial en relación al mercado de referencia, explicó Valeria Bohorquez, líder del Negocio de Información de Mercer. «Si el presupuesto es de 18% para el 1° semestre, se asume un piso para reconocer la inflación, por ejemplo, del 14%, y con los cuatro puntos restantes se diferencia según performance. Esto es para las empresas que no poseen aparte un presupuesto para mérito».

Los aumentos pueden variar según el sector al cual pertenezca la empresa. «Se prevé que las industrias ligadas al dólar, a la producción de materias primas y a la exportación -como la minería, la química y el agro-, sean las que den mayores incrementos. Mientras que las automotrices y la construcción liderarán los menores aumentos, debido a la desaceleración que sufren», dijo el director de Glue Consulting.

En tanto, desde Hay Group aseguran que, dentro de las compañías, las áreas de Ventas, Marketing y Finanzas estarán posicionadas en las bandas salariales más altas. «Usualmente, se define una pauta global y luego cada sector o jefe puede tener cierto margen de acción dentro de las escalas definidas para ajustes particulares. Los porcentajes pueden variar por industria o sector productivo, pero, en general, mantienen una línea cerca de la inflación», resumió Matías Ghidini, gerente General de Ghidini Rodil.

A la hora de cerrar la negociación, según Martínez Escalas, la tendencia será premiar a los ejecutivos que tuvieron mejor desempeño, ahorrar en busca de mayor eficiencia operativa, entregar el aumento previsto o destinarlo a terminar con los casos de solapamiento.

De acuerdo a Mercer, entre 2001 y 2014, la diferencia entre la variación de los salarios del sector privado dentro y fuera de convenio fue de 40% a favor del primero. En algunas firmas, esto sigue siendo un tema pendiente. Por un lado, está la necesidad de retener talentos para apostar al crecimiento de la organización. Por el otro, el contexto obliga a focalizarse en la eficiencia operativa y recortar gastos para mantener la rentabilidad.

«Los desafíos están orientados a aumentar la productividad y eficacia, y a retener el talento», confirmó a El Cronista Miguel Terlizzi, director General de Hucap.

El rol de los beneficios
Cuando los aumentos no alcanzan, entran en acción los beneficios, que resultan en una buena alternativa para ganarle a la inflación y a los efectos del impuesto a las Ganancias.

«Este año estará marcado por un aumento de beneficios no monetarios de corto y largo plazo, que las firmas tratarán de cuantificar para que los ejecutivos reconozcan cuánto peso tienen sobre la gratificación total», indicó Iriarte.

Ghidini remarca que los beneficios sirven, siempre y cuando, esté cubierto un piso económico mínimo. «Nunca un beneficio va a compensar una marcada insatisfacción salarial monetaria, aunque sí juegan un rol muy importante para ayudar a mejorar la sensación general», argumentó, en diálogo con El Cronista.

Terlizzi fue más allá, y remarcó que en escenarios de pérdida de poder adquisitivo, los colaboradores quieren el incremento salarial y no los beneficios. «Pero un buen paquete ayuda a la organización a reducir el incremento de costos y brindar respuestas a las demandas de muchos colaboradores», explicó.

Este año, las compañías están revisando sus paquetes de beneficios para ver si están alineados con su mercado de referencia y si el negocio habilita a la incorporación de alguno no otorgado, manifestó Bohórquez.

Los más otorgados son auto con gastos, plan de salud, plan de pensión, educación, comedor, pago de guardería o jardín, y acciones o «stock options» en moneda fuerte.

El bono es uno de los más valorados. Mercer estima que, este año, un 45% de las empresas pagará en target, un 26% por debajo, un 25% por encima del target y un 4% no pagará bonos.

Todavía quedan muchas variables por definir. «No vislumbro una solución perfecta», dice Ghidini, quien sabe que el salario ejecutivo estará sujeto a conseguir la ecuación que mejor puede sobrellevar los intereses de los empleados, la compañía y el Gobierno, en un escenario donde todos sienten que pierden.

Fuente: Iprofesional.com

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