Si las condiciones son buenas se trabaja más y mejor

(f) Un artículo en The New York Times publicado el 30 de mayo último y firmado por Tony Schwartz y Christine Porath pone nuevamente sobre el tapete la cuestión de las relaciones del trabajo, aportando datos interesantes. Básicamente está centrado en el vínculo entre el empleado y su productividad. De aquí su título, Por qué odias trabajar. El foco del problema se reduce a un par de preguntas que los autores han hecho a altos dirigentes de empresas. Transcribimos textualmente. «Si los empleados se sienten con mayores energías, valorados, concentrados y con un objetivo claro, ¿se obtienen mejores resultados? Como es de esperar, la respuesta es casi siempre, sí. A continuación preguntamos, ¿cuánto invierte usted en satisfacer esas necesidades? Se produce un silencio. ¿Cómo explicar esta incoherencia?» Podría decirse que esta última es la pregunta del millón. O de varios millones que se pierden por no superar la brecha entre lo que se cree y lo que se hace realmente. Los fundamentos para cambiar las cosas vienen de la mano, como siempre, de los números. Citan una encuesta realizada en 2013 sobre 12.115 trabajadores en todo el mundo, revelando que la mayoría carecía de un lugar de trabajo satisfactorio. El 94% pertenecía a empleados, el 6% a operarios.

Otra encuesta, desarrollada por Gallup en 2013, informa que solamente el 30% de los empleados de Estados Unidos se siente comprometido con su trabajo. En todo el mundo, la cifra baja al 13 por ciento. En 2012, Gallup halló que las empresas con más empleados comprometidos con ellas tenían un 22% de rentabilidad mayor que las que estaban en el cuartil inferior, y con valoración de los clientes del 10% más alto, un 28% menos de robos y 48% de accidentes de trabajo. Los autores rematan: «En pocas palabras, la forma en que la gente siente en el trabajo influye profundamente en la forma en que se realiza».

¿Más datos? Los empleados que toman un descanso cada 90 minutos reportan un nivel del 30% más alto de concentración que los que toman un descanso una vez al día. Ergo, «cuantas más horas la gente trabaja más allá de 40 y cuanto más continuidad tienen, menos comprometidos están con sus tareas, pero cuando el supervisor alienta que se tome descansos, el porcentaje de aquellos que desean continuar aumenta en un 100%».

Además, quienes tenían conocimiento del sentido y la importancia de su tarea tenían tres veces las posibilidades de permanecer en la empresa. Otra de las conclusiones para rescatar, mencionada por los autores de la nota, es que «nuestro estudio encontró que los empleados tienen un profundo deseo de flexibilidad sobre dónde y cómo trabajan, y un compromiso mucho mayor cuando tienen posibilidades de elección. Sin embargo, muchos empleadores siguen temerosos de que sus empleados no cumplan con su trabajo sin supervisión constante, una creencia que alimenta la desconfianza y disminuye el compromiso».

La nota habla sobre cómo influyen las relaciones de trabajo y cuáles son los resultados al realizar las inversiones para mejorarlas. Una de las contradicciones, aparentemente insuperable, es que trabajar menos significa producir más. Adecuar el trabajo a las personas terminaría siendo más rentable que el camino inverso, largamente recorrido desde hace más de un siglo. Son descubrimientos que surgen con el paso del tiempo aplicando inteligencia y sensibilidad..

Fuente: http://www.lanacion.com.ar – 8/6/14- Por Jorge Mosqueira | LA NACION)

(fuente: enviado por María Belen Gomez a sugerencia de nuestro Presidente del CA)

 

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