Río Uruguay Seguros es Sponsor de Cecilia Carranza Saroli.
«La medalla es el broche de oro para saber que cuando soñás con algo y creés en vos, lo lográs», dijo la rosarina, campeona olímpica junto con Lange.
RIO DE JANEIRO.- «¡Qué se yo qué voy a comer esta noche!». Cecilia Carranza Saroli pudo abandonar por un instante su estado de emoción permanente cuando se le advirtió que por fin debía despreocuparse de la dieta y de los 63 kilos que debe dar para combinar con los 73 de Santiago Lange a la hora de subirse al Nacra 17. A los 29 años, la rosarina, que fue 12a en Pekín 2008 y 21a en Londres 2012, ambas en la Clase Láser Radial, se convirtió en la segunda mujer en conseguir una medalla dorada para la Argentina en los Juegos Olímpicos , detrás de la judoca Paula Pareto . Un momento muy especial para ella. Que es de hablar pausado, transmitiendo un profundo respeto por la figura de Santiago Lange. «Esta experiencia me cambió la vida, me marcó a futuro. Hay un antes y un después de mi carrera deportiva. Lange es uno de los mejores timoneles del mundo y una, navegando con él, siempre está tranquila. Soy la tripulante y tengo que estar a su altura. No es fácil, pero creo que conseguimos armar una excelente pareja que se brindó por entero por un objetivo», cuenta, mirando de reojo la medalla dorada. «Igual te aclaro: soy la misma que ayer. Una medalla no me va a cambiar nada de mi vida. Lo tomo como un premio al esfuerzo que hicimos, sólo eso».
Carranza Saroli tuvo que hacer un cambio brusco: pasó de competir sola a hacerlo con un compañero, en un barco más veloz y con tres velas en lugar de una y dos cascos en vez de uno. Y se acomodó a su función: ella pone la parte física. Por eso es tan importante la dieta para que se sienta fuerte en la competencia, sin sufrir con la alimentación. Dice que no tuvo tensiones la noche anterior. «¡Dormí toda la noche como un angelito! El trabajo que hicimos con Dani Espina, nuestro profesor de yoga, fue clave. Estábamos mentalmente preparados para todo», enfatiza. Incluso, para sobrellevar esa penalización de la parte final que casi complica la conquista. «En esas situaciones, hay que estar presente, hacer lo que tenés que hacer, enfocados. Lo que pasó un segundo atrás ya pasó y tenés que seguir. Así lo hicimos».
A Cecilia le gusta remarcar el valor del esfuerzo: «Es todo. El esfuerzo te deja tranquilo. Es el camino que hay que recorrer para llegar hasta donde querés llegar». ¿Hasta la medalla? «La medalla es el broche de oro para saber que cuando soñás con algo y creés en vos, lo lográs».