Conducir adaptándose a las condiciones externas.
Según las estadísticas de las investigaciones de accidentes de tránsito efectuadas en CESVI ARGENTINA, el 72% de los siniestros que se producen con lluvia ocurren durante los primeros 30 minutos desde que comienza a llover.
Esto -en parte- se debe a que muchos conductores no adaptan su forma de manejo a las variaciones de adherencia y a las condiciones que impone el tránsito en cada momento.
Para mantener los márgenes de seguridad en todo instante resulta imprescindible verificar continuamente todos los factores que influyen en la conducción, acomodando la velocidad y la actitud según los requerimientos de exigencia.
La técnica se basa en descubrir continuamente los peligros potenciales que pueden concretarse en los próximos 5 o 6 segundos de manejo e ir anticipando posibles defensas a efectuar en el caso que éstos ocurran. Ello reducirá el tiempo de reacción del conductor defensivo y disminuirá la posibilidad de efectuar una maniobra incorrecta.
Al caer la lluvia sobre la calzada, ésta se encuentra en las peores condiciones de adherencia por que el polvillo que contiene al mojarse forma una delgada capa resbaladiza que imposibilita controlar el vehículo, si se transita con una velocidad inadecuada.
Cuando el pavimento se encuentra mojado la distancia de frenado es más larga; según el estado del pavimento puede llegar a ser el doble que sobre la calzada seca. Pero además, las condiciones de maniobrabilidad del vehículo para esquivar un obstáculo disminuyen considerablemente, pudiendo perderse el control de la trayectoria fácilmente. En tal circunstancia no observe cuál es la velocidad máxima permitida en esa vía, concéntrese en cuál es la velocidad adecuada que le garantice llegar a destino.
La niebla es otro factor de alto riesgo, en tal situación no se detenga nunca sobre la calzada ni en banquina, si es posible hágalo en una estación de servicio u otro lugar seguro, caso contrario circule despacio y encienda las luces bajas de su vehículo, incluidas las balizas. Cabe destacar que la luz alta disminuye la visibilidad del conductor porque las gotas de agua en suspensión devuelven gran parte del haz de luz emitido.
En resumen, si todos los conductores evaluaran las condiciones externas permanentemente y adaptaran su forma de manejo continuamente, conducir en nuestro país resultaría más placentero y seguro.
La correcta postura de conducción
Cuando conducimos un vehículo debemos estar realmente concentrados en el manejo y en una postura que nos permita actuar correctamente y a tiempo.
Una postura cómoda y segura se logrará siguiendo las recomendaciones que se detallan a continuación:
– Desplace el asiento lo más atrás posible de manera que le permita llegar con las piernas levemente flexionadas a los pedales. Esto le garantizará estar lo suficientemente lejos del volante para evitar chocar contra éste en el caso de una colisión frontal, siempre que se utilice el cinturón de seguridad, y en los vehículos que poseen airbags con esta posición se garantizará el mayor beneficio de este sistema de seguridad pasiva.
– Acomode el respaldo de manera que con la espalda apoyada junto a él, sus brazos puedan tomar el volante en la posición de las agujas del reloj cuando marcan las diez y diez, y sus codos queden levemente flexionados, lo cual permite tener buena capacidad de respuesta ante la necesidad de maniobras bruscas.
– Cuando no resulta necesario hacer un cambio de velocidades, evite llevar la mano en la palanca de cambios ya que resta rapidez en la maniobra y, además, evite llevar el pie permanentemente apoyado en el embrague. Ante una frenada repentina, pisará el embrague sin querer y en realidad es beneficioso que el automóvil esté en cambio para ayudar a frenar en una menor distancia.
– Antes de iniciar la marcha se debe verificar que todos los espejos retrovisores estén limpios y en su correcta posición. CESVI ARGENTINA recomienda la instalación del espejo retrovisor derecho en el caso de que el vehículo no lo posea de fábrica; éste aumenta considerablemente la seguridad para realizar giros o cambio de carriles hacia la derecha.
– Colóquese siempre el cinturón de seguridad.
Conducción en rutas
Conforme a las estadísticas sobre siniestralidad, la mayoría de los accidentes ocurren en las zonas urbanas, pero a pesar de que los accidentes en rutas son menos frecuentes, claro está que sus consecuencias en gran proporción resultan fatales. Esto se debe a que las velocidades de circulación son mayores y consecuentemente el tiempo para resolver situaciones críticas es realmente escaso.
En CESVI ARGENTINA se han relevado infinidad de accidentes frontales que en su mayoría son originados por maniobras de sobrepaso mal efectuadas. Creemos oportuno en esta ocasión abordar algunos aspectos a tener en cuenta para efectuar un sobrepaso seguro.
Se debe reconocer que la zona más peligrosa en dicha maniobra es cuando el vehículo transita sobre el carril contrario, a la par del rodado que se está sobrepasando, debido a que son nulas las posibilidades de retornar al carril normal de circulación.
Muchos conductores inician la maniobra luego de acercarse considerablemente al vehículo de adelante. En tal situación, cuando un vehículo comienza esta maniobra partirá de la misma velocidad del vehículo que lo precede, saldrá de un ángulo ciego y por el escaso ángulo de visión que se tiene hacia adelante (en el caso de intentar sobrepasar a un vehículo de gran porte) no le permitirá descubrir los peligros potenciales que le tocará afrontar.
Lo que desde CESVI ARGENTINA recomendamos es, en primer lugar, discernir si el sobrepaso es necesario o es sólo una acción instintiva. Si realmente es necesario, al estar a 5 segundos del vehículo antecesor, se debe observar por delante de él si no viene algún vehículo de frente; si se tiene el camino libre hay que acelerar y cuando estemos a unos 3 segundos, previo volver a cotejar el camino despejado, se colocará la luz de giro hacia la izquierda, observando el espejo retrovisor para descartar otro vehículo que nos esté sobrepasando, e iniciar la invasión hacia el carril contrario. Debido al considerable tramo de aceleración disponible, cuando lleguemos al vehículo a sobrepasar, el nuestro tendrá una diferencia de velocidad respetable que nos permite sobrepasarlo en un breve instante. Una vez sobrepasado se debe poner el giro hacia la derecha y retornar hacia el carril propio cuando sea posible observando por el espejo retrovisor central la pisada de las ruedas delanteras del vehículo sobrepasado.
Conducción con viento
En las rutas argentinas, y más acentuado en nuestra Patagonia, podemos encontrar vientos que mueven literalmente al vehículo de la ruta. Los más peligrosos, sin dudas, son los vientos cruzados que aparecen repentinamente en nuestro recorrido.
Una de las situaciones en donde debemos tener mayor cuidado es en los adelantamientos a vehículos pesados, dado que los mismos nos cortan el viento y cuando salimos de su zona de influencia -si no estamos atentos a esta circunstancia- podemos llegar a sufrir un fuerte movimiento que desemboque en un posible accidente.
Otra circunstancia a la que debemos prestarle suma atención es a las zonas arboladas, dado que las mismas generan el mismo efecto que los vehículos pesados de cortar el viento y, al finalizar la zona forestada, nos podemos encontrar con la situación de un viento cruzado, produciéndonos el despiste del vehículo o la invasión del carril contrario con el consiguiente riesgo.
Por este motivo, debemos observar e identificar correctamente la ruta, banquinas y entorno, dado que nos permitirá estar atentos como para poder afrontar bien una situación de este estilo.
Fuente:https://www.cesvi.com.ar/SeguridadVial/Recomendaciones/SeguridadRecomendaciones5.aspx