En 25 años de historia, Fundación Discar tuvo muchos aprendizajes sobre la inclusión laboral de personas con discapacidad intelectual y de desarrollo. Una de las principales fue que ellas también pueden hacer una elección vocacional. «Tengo que admitir que antes, con tal de que la persona con discapacidad consiguiese un trabajo, no se respetaba tanto su elección. Pero, ¿por qué debería hacer algo que no sea su vocación? Hay que respetar su elección. Y en todos los ámbitos hay puestos que pueden ser ocupados por personas con discapacidad», explica Marta Mendía, directora del Programa de Docencia e Investigación de la fundación.
Este aprendizaje y otros, así como mejores prácticas y desafíos, son parte del programa del IV Simposio Iberoamericano de Empleo con Apoyo, que la fundación realizará el 4 y 5 de agosto próximo.
Empleo con apoyo
«No queremos crear ámbitos protegidos de trabajo»
Desde su creación, la fundación ayudó a 200 jóvenes con discapacidad a ingresar en el mercado laboral convencional en más de 34 empresas. A la hora de emplear personas con discapacidad, el foco de Fundación Discar es integrarlas en lugares de trabajo regular y no crear ámbitos protegidos. El modelo de integración que apoyan es el llamado «empleo con apoyo». «Esto implica que la persona trabaje en un ámbito convencional, con los mismos derechos, obligaciones y legislación que otras personas, ganando lo mismo que ellas», explica Mendía y agrega que, en este esquema, desde que la persona con discapacidad se incorpora a un trabajo hasta que se va recibe apoyo.
Acompañar desde la fundación
«La empresa tiene la tranquilidad de contar con un orientador laboral»
La fundación tiene profesionales capacitados en orientación laboral para brindar ese acompañamiento en el trabajo. Sin embargo, su tarea empieza mucho antes. Cada persona con discapacidad que va a integrarse a un trabajo recibe un año de capacitación «para empoderarlos para que puedan desempeñarse bien», según explica Mendía. Luego durante el primer mes de trabajo, el orientador la visita asiduamente. «Aunque después va espaciando las visitas, la empresa tiene la tranquilidad de contar con orientador laboral las veces que lo necesite», agrega.
Cambio, pero lento
«Empresas grandes incluyen más»
El avance de los temas de responsabilidad social en las organizaciones y, particularmente, el de la diversidad está generando impactos en la inclusión de personas con discapacidad. Aunque Mendía advierte que «la sociedad no está espontáneamente abierta a la inclusión y esto genera miedos y el miedo lleva al rechazo», también admite que Fundación Discar recibe cada vez más llamadas de empresas interesadas en realizar talleres de reflexión sobre empleo y personas con discapacidad.
El trabajo de la fundación con la empresa implica transmitirle a jefes y pares quién es la persona que se incorporará y cuáles son sus posibilidades. «Damos datos sobre la discapacidad para que sepan cómo actuar. Ayudamos a planear estrategias para que puedan pensar en los requerimientos del puesto y los apoyos que van a necesitar», explica Mendía. A veces también se trata de terminar una relación laboral cuando ésta no funciona «por más pena que se sienta. La clave es siempre la igualdad de condiciones», explica.
Nuevos comportamientos
«Va a tener su dinero y lo va a manejar como decida»
La mejora en la autoestima es uno de los primeros cambios visibles cuando una persona con discapacidad comienza a trabajar y logra autonomía. También aparecen otros cambios más complejos que las familias deben aceptar. «Por ejemplo que va a tener su propio dinero y que lo va a manejar como decida. También que, como todo el mundo, la persona con discapacidad puede tener un mal día en el trabajo y que hay que saber cómo brindarle protección», explica Mendía.
Igualdad de condiciones
«A una persona con discapacidad no se le debe perdonar todo»
«La socialización puede plantear desafíos de adaptación. Por un lado hay que empoderar a estas personas para que sepan que deben comportarse de cierta manera con sus compañeros y jefes. A la vez, ellos tienen que ver a las personas con discapacidad como un compañero más. A veces se tiende a sobreprotegerlos, pero si pensamos que el otro es igual a nosotros debe tener las mismas obligaciones. Esto implica que a la persona con discapacidad no se le perdone todo -dice Mendía-. «Por otro lado, a veces surgen intereses a nivel afectivo con compañeros de trabajo, interés en tener una relación y hay que trabajar con la aceptación o no de ese tema.»
Los cupos
«Incluir debe ser por convencimiento, no por obligación»
«El cambio que implica incluir personas con discapacidad tiene que ser por verdadero convencimiento, no porque hay beneficios impositivos o un cupo», advierte Mendía. En nuestro país la ley exige que el 4% de puestos estatales sean para personas discapacitadas, algo que no siempre se cumple. «Brasil tiene un cupo del 5% en empresas privadas y es un espanto, porque no se tiene en cuenta cómo la persona se siente en el trabajo.»
Marta Mendía
Directora del Programa de Docencia de la Fundación Discar
Profesión: licenciada en Psicología
Edad: 62
Origen: Argentina
Recibió becas internacionales otorgadas por la Organización Internacional del Trabajo, la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo y la Asociación Española de Empleo con Apoyo para realizar estudios sobre inclusión laboral de personas con discapacidad.
La empresa y la inclusión
Vicky y Marisa Shocrón, y marta mendía
Experiencias de inclusión profesional desde Discar
(fuente: http://www.lanacion.com.ar/1914910-marta-mendia-las-personas-con-discapacidad-tambien-tienen-una-vocacion)
Lectura sugerida por Presidencia del CA – Muchas gracias María Belén Gomez por aportarla.