Las ONGs y la agenda de la sustentabilidad

Para las organizaciones de la Sociedad Civil, pensar en clave de desarrollo sostenible no es, en la mayoría, una gran novedad. Lo que sí resulta una situación refrescante, es que gracias a la Agenda 2030 de las Naciones Unidas -y el entusiasmo con que las empresas están haciendo propio este manifiesto-, la sostenibilidad está ahora en boca de todos y con metas concretas.

El lema de «dejarle a nuestros hijos un planeta igual o mejor que el que nos dejaron» que parecía pasado de moda, no es más una potestad exclusiva de las ONG: lo adoptaron también gobiernos y corporaciones.

Ahora la pregunta es qué harán a partir de ahora. Varios relevamientos señalan que las organizaciones en nuestro país son buenas en instalar los temas en la agenda social, pero que quedan afuera de la mesa del diseño y la implementación de las políticas públicas, entendidas como la llave para los cambios estructurales.

El primer gran desafío para las organizaciones, es construir una agenda contundente, debatida y consensuada dentro del mismo sector. Ese es el único camino para constituirse en un actor indispensable.

El segundo, es que las organizaciones tendrán que trabajar con la suficiente valentía como para decir aquello que algunos todavía no quieren o no pueden escuchar. La CEPAL dijo que «el éxito de la Agenda 2030 dependerá de la capacidad de los países de transitar desde sociedades basadas en el consumo hacia sociedades más productivas y orientadas al bienestar de las personas». ¿Cuáles y cuántas organizaciones pueden sostener eso y no quedarse sin el apoyo de algunos de sus financiadores?

Todas las soluciones pasan por el mismo lugar: la madurez de todos -gobierno, sociedad civil, empresas- para aportar sus saberes y no escapar de sus responsabilidades. Y para reconocer en los otros sectores, las capacidades y atribuciones que cada uno puede y debe poner sobre la mesa. Pero sobre todo habrá que encontrar -entre todos formas de interactuar y cooperar antes que competir y superponerse.

La Agenda 2030 ya está instalada y las organizaciones de la Sociedad Civil tienen una gran oportunidad. Es tiempo de sensibilizar a los que siguen negando la necesidad del cambio. Y sobre todo, de sistematizar el conocimiento cotidiano, amoroso, construido de a dos con ese «otro» que sufre.

Fuente: El Cronista

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