Las automotrices de la Argentina apuestan a Colombia para su salvación

Automotrices-ArgentinasEl Gobierno avanza en un acuerdo de libre comercio automotor con ese país. Junto con México, son los únicos de la región donde no caen las ventas. En marzo se reunirían las administraciones de Mauricio Macri y Juan Manuel Santos para darle forma definitiva al pacto.

La caída del mercado automotriz brasilero instó a la Argentina a buscar nuevos socios comerciales, teniendo en cuenta que, a la caída del 27% del año pasado, se espera que el país vecino retroceda en 2016 un 10% más.

En este escenario, Colombia es uno de los mercados que está en la mira, teniendo en cuenta que, junto con México, son los únicos que crecen en la región.

Colombia es el cuarto mercado regional, después del brasileño, el mexicano y el argentino. Se comercializan casi 320 mil unidades anuales. Pero es una cifra que viene en aumento constante y hay demanda potencial interesante, básicamente para la pick up (Runger, Amarok, Hilux, etc) y los comerciales livianos que se producen acá.

Al mismo tiempo, la producción colombiana es limitada: sólo están instaladas Renault y General Motors con oferta de autos chicos. Así las cosas, para la Asociación de Fabricantes de Automotores (Adefa) hay todo para ganar.

El año pasado Argentina vendió a Colombia unos 4300 coches con un arancel del 16,1%. Los fabricantes locales calculan que, de eliminarse esa restricción, aquella cifra saltaría a 20 mil vehículos el primer año, 25 mil el segundo y 30 mil el tercero.

El desafío es celebrar un trato que complemente al que ya firmó Brasil con Colombia y por el cual podrá venderle durante 8 años cierto cupo libre de todo gravamen. A instancias de los fabricantes locales, los ministerios de Producción y la Cancillería intentarán mejorar ese acuerdo base.

Brasil y el mutuo permiso

Existe un acuerdo marco global de comercio Comunidad Andina- Mercosur bajo el cual cada miembro define, luego, capítulos individuales. Pero ninguno de estos tratos particulares con Colombia podrá ponerse en marcha si no tiene el aval de los otros socios del bloque.

Esto implica que el acuerdo brasileño necesita el guiño local y a la inversa. Por lo tanto, los pactos celebrados con uno no tienen que interferir en los intereses del otro.

A este desafío se añade otro: el gobierno de Santos tiene la convicción de avanzar en el trato con Argentina, pero las automotrices colombianas aún ven con cierto recelo la cuestión. A pesar de que están habituadas a operar en un mercado muy integrado al mundo, donde el parque automotor está prioritariamente atendido por importaciones.

Se trata de poner a juego la diplomacia comercial, con el propósito de conciliar intereses a veces contrapuestos entre los actores privados o entre éstos y la administración de turno.

Argentina no puede darse el gusto de desafiar a Brasil que, aunque hoy esté en un mal momento, sigue siendo su partenaire fuerte en la región y socio natural para negociar desde una mayor posición de fuerza relativa con el mundo, según BAE.

Ambas naciones están, a su vez, rediscutiendo su propio acuerdo automotor, prorrogado hasta el 1 de julio próximo y en virtud del cual por cada dólar que le vende Argentina, puede importar desde allá por el equivalente a 1,5 dólares.

Otro subcapítulo central es el de las autopartes. A pesar de la devaluación del peso, ese segmento de productos sigue siendo aún muy competitivo y descoloca a los proveedores argentinos.

Buenos Aires ya firmó un pacto automotor con México que tendrá vigencia hasta el 2019 y la apuesta ahora es que se pueda avanzar con el demorado acuerdo Mercosur-Unión Europea, que podría traccionar nuevas inversiones y relajar las fronteras del Viejo Mundo. A condición, eso sí, que éstas también se abran para los alimentos locales.

Fuente: www.iprofesional.com

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