En el marco del Día del Seguro, celebrado el pasado 21 de octubre, Francisco Astelarra, presidente de la Asociación Argentina de Compañías de Seguros (AACS), se refirió a la fecha e indicó que se festeja un evento adicional: El 80 aniversario de la Superintendencia de Seguros (SSN). Respecto a esto afirmó que «no caben dudas que nuestra actividad necesita estar regulada no solo en nuestro país sino en todo el mundo”.
Además, el funcionario dijo que «el mundo se enfrenta a una revolución tecnológica que lejos de ser un hecho aislado ya es una tendencia a largo plazo» y que «esta revolución está cambiando la forma en la cual las personas se relacionan con las aseguradoras en todas las etapas del negocio. Esta realidad nos genera un enorme desafío: la modernización de todos los actores de nuestra actividad”.
El directivo también resaltó que el sector asegurador comenzó con este proceso de modernización que redundará en una mejor utilización de los recursos para el crecimiento, la mejora del servicio y la fiscalización.
Modernización de las aseguradoras y los PAS
Según destacó Astelarra, este proceso de modernización debería darse en dos ámbitos: el de la relación de las aseguradoras, Productores Asesores de Seguros (PAS) y otros actores con la SSN, proceso ya iniciado y en el ámbito interno de los actores mencionados, especialmente las aseguradoras. Es por ello de vital importancia que la regulación acompañe la incorporación de la nueva tecnología, que derive en nuevos procesos de gestión y que a la par de mejorar los servicios al asegurado, a los PAS y otros actores, permita la reducción de costos.
La regulación deberá contemplar un desarrollo continuo, evitando volver al pasado y considerar muy especialmente que cada norma haya sido evaluada en función de los costos y beneficios que la misma tiene para las aseguradoras, el asegurado y el propio Organismo. Por otra parte, sin desconocer la facultad legal del Organismo de Control de dictar las normas para el mercado, es importante tener presente que la mejor norma es la que surge luego de un proceso de diálogo como el que tenemos actualmente, añadió el presidente de la AACS.
Por otra parte, Astelarra hizo hincapié en que el proceso de modernización debería ayudar a incluir a los sectores de bajos ingresos, dándoles protección y aliviando situaciones de vulnerabilidad. La incorporación de nuevas tecnologías en la venta, cobranza de primas y pagos de siniestros, permitirá bajar costos, tornando accesibles los seguros a este segmento de la población.
Presión impositiva y alta litigiosidad
Uno de los puntos que puso de relieve el directivo es la elevada presión impositiva que afecta al sector como consecuencia de los impuestos nacionales, provinciales y municipales. “Continuamos pagando el IVA sobre la prima emitida en lugar de la prima cobrada. Esta presión encarece el precio, afectando la demanda de seguros. Seguimos solicitando se apruebe el balance ajustado por inflación”, resaltó.
Asimismo, reseñó que la litigiosidad es uno de los grandes problemas que inciden en la actividad aseguradora ya sea en las coberturas de responsabilidad civil como en la de riesgos de trabajo, afectando significativamente la productividad de la economía. “Así lo ven los empresarios, cualquiera sea el tamaño de la estructura que manejen, muchos de los sindicatos, el propio gobierno y buena parte de la oposición. Este consenso tripartito y político sobre la problemática más los buenos indicadores de gestión del sistema de Riesgos del Trabajo en materia de prevención de accidentes y otorgamiento de cobertura, permitió que, en febrero de este año, se acordara una ley complementaria a la Ley sobre Riesgos del Trabajo con el objetivo de bajar el número de demandas por esta causa. Para dar una idea de la dimensión del problema, sólo en 2016 se alcanzó la disparatada e inmanejable cifra de 127.000 nuevos juicios”.
La litigiosidad en riesgos del trabajo es alta, pero somos muchos los actores que estamos trabajando para que baje y se han comenzado a vislumbrar los primeros resultados. Es necesario seguir afianzando la Reforma en otras provincias y en la Justicia, de manera tal que el Sistema de riesgos del trabajo vuelva a ingresar en el círculo virtuoso en el que menos accidentes, menos juicios y una buena atención de las contingencias se traduzcan en costos ciertos y predecibles que favorezcan la generación de empleo, especialmente el registrado.
Buenos resultados del sector, pero con grandes retos
El sector de seguros de personas siguió creciendo según la tendencia de los últimos años, registrándose un aumento del 23% en el último ejercicio. El 91%, sigue correspondiendo a seguros de Vida en sus diferentes modalidades, con un peso mucho mayor en los seguros colectivos. El 9% restante corresponde a los seguros de Retiro, que si bien es una porción menor concentra expectativas de un importante desarrollo a mediano plazo. Especialmente si la economía mantiene y aumenta el crecimiento de estos últimos meses, se logra estabilizar la inflación y se actualizan los incentivos fiscales.
«Este último no es un tema menor para la industria de seguros de Vida y Retiro. Sabemos que las autoridades así lo entienden y están aguardando el momento oportuno para actualizar los valores congelados en 1992, a cifras significativas para 2017, que, por cierto, esperamos que sea en breve», aseveró Astelarra, en tanto añadió: «Entendemos que las compañías de seguros en general, pero muy en particular, las de Vida y Retiro estamos destinadas a desempeñar un rol relevante en el mercado de capitales en nuestro país, tal cual como ocurre en la mayoría de los países desarrollados. Acumulamos fondos a largo plazo y necesitamos prestarlos a períodos equivalentes. Hoy nuestra cartera supera los 84.000 millones de pesos. Podemos financiar inversiones productivas y en infraestructura. Incluso necesitamos una variedad mayor de activos para distribuir nuestras carteras».
No hay país que crezca, sostenidamente, sin ahorro interno, reconoce el presidente de la asociación. A lo que responde que los seguros de vida y retiro son un vehículo ideal para generarlo. «Nuestros productos pueden convertirse en el tercer pilar voluntario de la seguridad social, consolidándose en ahorros voluntarios y como complemento del sistema previsional. Estamos trabajando en su desarrollo conjuntamente con la Superintendencia».
«Debemos entender que enfrentamos un mundo diferente. Baja natalidad, sobre vida prolongada y menos activos por cada pasivo. Un claro escenario de envejecimiento poblacional. Esto nos exige encarar el desafío del financiamiento de este cambio demográfico. Somos los actores principales, los especialistas en este tema y queremos ser consultados al respecto», reconoció.
Por último, Francisco Astelarra concluyó diciendo que observa «el futuro de nuestro sector con mucho optimismo. Somos conscientes de que nuestras posibilidades de crecimiento y desarrollo dependen del compromiso de todos sus actores. Confiamos en continuar dialogando entre todos y en equipo con el sector público para el bienestar de todos los argentinos».
Fuente::Inese