La relación de los argentinos con esta enfermedad silente y asintomática no es buena. Uno de cada seis es hipertenso y aún no lo sabe. Infobae accedió en forma exclusiva a un estudio epidemiológico global en el que participó Argentina y que contextualiza cifras y datos polémicos sobre el consumo de sal. Entrevista con el médico argentino que lideró la investigación local.
Para conocer de cerca y de manera brutal la dimensión de la hipertensión arterial hoy en el mundo sólo basta con saber que mata más personas que la sumatoria de varias guerras. Según un último estudio global publicado recientemente por la New England Journal of Medicine, esa sola causa se cobra más de 9 millones y medio de vidas por año. Las cifras hablan por sí solas.
Es por eso que uno de los primeros desafíos que debe vencer la hipertensión arterial (HTA) es derribar su lugar de enfermedad cotidiana en la vida de las personas.
Su condición de enfermedad crónica, no transmisible y asintomática ayuda a naturalizar su presencia como enfermedad de alto riesgo para aquellos que la padecen.
Y este aparente «estado de normalidad» que supone para la mayoría de los mortales es su principal escollo y atributo a la vez para avanzar ladina y silenciosa. Y por eso, irrumpe sin dar síntomas previos a través de un infarto de miocardio, accidente cerebrovascular, insuficiencia renal o insuficiencia cardíaca. La peor noticia es que las consecuencias de todos estos cuadros en la mayoría de los casos son irreversibles o fatales.
La hipertensión arterial ocasiona el 13 por ciento de la mortalidad del mundo, es una enfermedad considerada una «serial killer» y está presente en el 80 por ciento de las muertes por causa cardiovascular.
ES FUNDAMENTAL LA CONCIENTIZACIÓN DE LA POBLACIÓN PARA CAMBIAR EL PARADIGMA SOBRE EL CONSUMO DE SAL.
Casi a modo de paradoja y en pleno siglo XXI que pregona cada vez más avances científicos, la población no incorpora el hábito fundamental de controlarse la presión como la mejor herramienta preventiva.
Lo primero que caracteriza a un hipertenso es el incremento continuo de las cifras de la presión sanguínea en las arterias; por ello se convierte en una espada de Damocles para las enfermedades del sistema circulatorio que representan la principal causa de muerte en la Argentina.
En el país, una de cada tres personas es hipertensa y el 37% de la población lo desconoce, según el estudio RENATA realizado por la Sociedad Argentina de Cardiología.
¿Por qué una enfermedad serial killer?
Las cifras de la presión arterial es un dato fundamental de la historia clínica de un paciente y tiene que estar al alcance del individuo y de la comunidad médica para impulsar y motivar la idea del control.
Que cada individuo conozca las cifras de su presión arterial colabora claramente en la prevención. Y se trata de un hábito que debe arraigarse en la población; ya que el control de la presión arterial disminuye el riesgo de ataque cardíaco y cerebral.
Su denominación de enfermedad «serial killer» convierte en peligroso su avance silencioso con sus consecuencias y la proyección de las cifras.
Según la última Encuesta Nacional de Factores de Riesgo dada a conocer por el Ministerio de Salud de la Nación, un 34 por ciento de los argentinos adultos (más de 1 de cada 3) padece HTA -son valores de presión arterial sostenidamente por encima de los 140 y/o 90 mm de mercurio- y la mitad de ellos desconoce su condición de hipertenso.
En el marco del Día Mundial de la Hipertensión Arterial el próximo domingo 17 de mayo, Infobae accedió en exclusiva al estudio P.U.R.E -Prospectiva Urbana-Rural de Epidemiología-que fue publicado y amplificado en tres artículos y un editorial del The New England Journal of Medicine. El equipo científico multidisciplinario y multicultural que postuló y emprendió la investigación contó con un argentino, el médico cardiólogo argentino Rafael Díaz.
Menos sal, no siempre es mejor
Uno de cada dos argentinos adultos (entre 35 y 60 años) sufre hipertensión y la mitad de ellos tampoco lo sabe. Las cifras se complejizan al saber que la HTA está presente en el 80 por ciento de las muertes por causa cardiovascular.
En diálogo con Infobae, el médico cardiólogo Rafael Díaz, director de ECLA (Estudios Clínicos Latinoamérica) y director del departamento de cardiología del Instituto Cardiovascular de Rosario, explica: «La principal peor noticia para los argentinos es que la mitad de los adultos que padece HTA, la mitad no lo sabe».
El estudio PURE viene a derribar mitos en la relación entre la sal y la hipertensión arterial. Al respecto detalla el doctor Díaz: «El paradigma previo era que los argentinos consumíamos sal en gran exceso. Con los datos que arroja el estudio PURE podemos decir que Argentina está en el consumo promedio mundial de sal que es 4.9 gramos de sodio por día.
Las sociedades científicas más importantes del mundo dicen que habría que comer menos de 2.3 gramos de sodio por día, y si además se asocia alguna enfermedad adicional se requiere aún más restricción de sodio y se debería comer 1.5 gramos. Para graficar la idea, sepamos que para transformar los gramos de sodio en sal hay que multiplicarlo por 2.5.
«La mejor indicación para la gente es decirles que no le agreguen sal a la que la comida ya trae. Eliminar el salero de la mesa es una muy buena conducta y un muy buen mensaje. La sal no es como el cigarrillo: que el mejor tabaco es cero. La mejor cantidad de sal no es cero; al contrario, puede ser perjudicial», enfatiza el cardiólogo.
Para la Organización Mundial de la Salud (OMS) si se reduce el consumo de sal al nivel recomendado (5 mg por día), se podría evitar hasta 1 de cada 4 ataques al corazón o accidentes cerebrovasculares.
Incluso el agua tiene sodio. Dentro de las aguas embotelladas existen dos grupos: las que tienen alto y bajo contenido de sodio. Si nos remitimos a los dos litros que son recomendados incorporar por día para lograr una hidratación adecuada, es importante destacar que el aporte de las aguas de alto contenido de sodio para dicho consumo es de 256mg por día, mientras que el de las bajas en sodio, es de 10mg por día.
Legislación y sal
En el año 2013 se sancionó en nuestro país la Ley 26.905 que implementa, entre otros puntos, la reducción del consumo de sal en alimentos procesados y promueve la eliminación de los saleros en las mesas de los locales gastronómicos.
Para el doctor Claudio Majul, director del Consejo de Hipertensión Arterial de la SAC, jefe de hipertensión del Hospital Santojanni de Buenos Aires y cardiólogo del Hospital Británico:“La mayoría del sodio que se consume proviene de los alimentos procesados o industrializados, donde por lo general los consumidores no tienen conocimiento de las cantidades. En nuestro país, se calcula que entre el 65% y el 70% de la sal consumida proviene de dichos alimentos”.
Es por ello que debemos estar atentos a la cantidad de sodio que indican las etiquetas de los alimentos y bebidas, ya que estos valores sumados a la sal que se agrega al ser consumidos (se estima que el 17,3% de la población agrega siempre sal luego de la cocción), puede superar los niveles saludables indicados por la OMS.
La carne, por ejemplo, contiene 65 mg de sal en 100 gramos, mientras que el huevo 122 mg y el pescado 140, en 100 gramos. Una rodaja de pan contiene 114 mg, cuatro fetas de panceta 548 mg y tres medialunas tienen toda la cantidad de sal que una persona con hipertensión arterial puede consumir en una semana.
Inside del estudio PURE
De los datos epidemiológicos recabados en el estudio P.U.R.E Prospectiva Urbana-Rural de Epidemiología (PURE) han participado 18 países en todos los continentes del globo entre los que está Argentina e involucró a más de 150 mil individuos.
Remarca el cardiólogo Rafael Díaz, director de ECLA: “El estudio PURE representa una completa foto contemporánea sobre la Hipertensión Arterial (HTA) con el valor agregado de que combina los comportamientos e índices de la población rural y urbana. La razón de por qué se hizo en Rosario es porque la provincia de Santa Fé de alguna manera puede representar el promedio del país.
Díaz agrega: “PURE es un estudio observacional grande y eso significa que vamos a observar a la población y ver qué le pasa. ¿Y por qué lo dividimos en urbanos y rurales? Porque pensamos que hay variables o marcadores de la enfermedad que antes no teníamos en cuenta. Por ejemplo, una de nuestras hipótesis iniciales fue: ¿La urbanización es un factor de riesgo cardiovascular? No lo sabemos hasta ahora, pensamos que puede ser así”.
¿Vivir aglomerados en las ciudades modernas en las condiciones sociales en las que vivimos hoy es un factor de riesgo? Muy probablemente sí. Porque vivir en estas sociedades aumenta el peso, y si hay aumento de peso habrá más diabetes y probablemente más hipertensión.
El doctor Díaz precisa sobre la metodología de PURE: “El trabajo de campo en Rosario ocurrió sobre 7500 sujetos que ya tienen seis años de seguimiento y que van a ser estudiados doce o quince años más. Con los rurales, hicimos una muestra de toda la provincia, para intentar reflejar lo que pasa en el ámbito rural de la República Argentina. Jamás las muestras son perfectas. Pero esta no es una muestra hospitalaria, es una muestra de ir y tocar la puerta. Así que PURE tiene una fortaleza tremenda, está muy bien diseñado y tiene un número tal de sujetos que nos va a dar muchas respuestas”.
Las conclusiones de PURE
Los lineamientos actuales recomiendan que las personas deben limitar su consumo de sodio a 1.5 hasta 2.4 gramos por día, pero estas recomendaciones están basadas en proyecciones y nunca han sido probadas en ensayos clínicos u otros estudios de gran tamaño.
Dos documentos del estudio en curso Prospectiva Urbana-Rural de Epidemiología (PURE) ofrecen nuevas pruebas en contra de las recomendaciones sobre bajar el sodio. Los investigadores estiman la ingesta de sodio y potasio en base a una sola muestra de orina en ayunas por la mañana en más de 150.000 adultos de 18 países. Luego hicieron un seguimiento a los participantes durante 3,7 años. Y entre las primeras conclusiones publicadas en el The New England Journal of Medicine informan la relación de los niveles de sodio y potasio estimados sobre los niveles de presión arterial y de muerte y eventos cardiovasculares.
Refuerza Díaz: “Es difícil derribar mitos en el campo de la salud cuando están tan arraigados en el ideario de la gente. En general se dice que comer menos sal protege los riesgos de sufrir hipertensión. Al respecto, el estudio PURE viene a derribar esta idea al introducir una comprobación científica contundente que nos permite decir que cuando se consume mucha sal -por encima de los 10 gramos por día de sodio- el riesgo de muerte aumenta a 1.3 casi a 1.4 (o sea un 40% más). Pero cuando comemos menos de 1.5 gramos por día de sodio el riesgo también aumenta: a 2.5 gramos (o sea un 250% más)”.
En el primer documento de PURE, la presión arterial, como se esperaba, aumentó junto con la excreción de sodio. La excreción de sodio también tuvo un efecto mayor sobre la presión arterial en personas con hipertensión que en personas sin hipertensión y en las personas mayores en comparación con personas más jóvenes. Un patrón similar pero inverso surgió con el potasio.
El segundo documento de PURE informó los resultados cardiovasculares de los participantes después de 3,7 años de seguimiento. Las personas que tenían los niveles más altos de excreción de sodio (7 o más g/día) tuvieron un aumento del 15% en el riesgo de muerte o un evento cardiovascular. El mayor riesgo se observó en personas con hipertensión. Cabe destacar que hubo un aumento del 27 por ciento en el riesgo en las personas con niveles de excreción de sodio por debajo de 3 g/día.
El mayor riesgo en el grupo de sodio en alta estaba estrechamente relacionado con el aumento de la presión arterial. Por el contrario, el aumento del riesgo en el grupo bajo en sodio no estaba relacionado con la presión arterial. Una vez más, se observó un patrón inverso para el potasio.
El médico argentino Díaz resume el impacto del concepto de PURE sobre los especialistas: “Esta asociación es la que mucha gente no quiere ver y que además genera mucho ruido académico, porque no es lo que se decía hasta ahora. Es tan malo comer con mucha sal como comer sin sal”.
Mirada global
Es importante comprender que las mediciones ocasionales de la presión arterial no permiten hacer un diagnóstico inmediato de hipertensión, excepto en casos muy especiales.
Explica Fernando Filippini, presidente de la Sociedad Argentina de Hipertensión Arterial (SAHA) en consonancia con lo que plantea la Liga mundial de Hipertensión (WHL) y con el objetivo de concientizar a la población de la importancia de esta enfermedad crónica, de su detección y tratamiento.
La Liga mundial de Hipertensión (WHL) hace hincapié en el concepto 25/25, que plantea que para el año 2025 se logre que en todo el mundo esta epidemia silente y global pueda estar controlada por lo menos en un 25 por ciento de las personas que la padecen, cifra que hoy sólo se cumple, en países como Canadá o Suecia.
La HTA es uno de los factores de riesgo mayores de deterioro de las arterias y el peligro aumenta cuando el control de la presión se deja librado al azar.
El control periódico de la presión arterial es la herramienta diagnóstica más precisa. El MAPA o Monitoreo Ambulatorio de Presión Arterial consiste en un dispositivo que el paciente se lleva puesto a casa, y va registrando sus valores periódicamente durante las 24 horas, que el equipo graba. La información dada por el MAPA permitirá establecer con mayor seguridad el diagnóstico de la enfermedad y la mejor forma de tratarlo para controlar su presión.
Dice Filippini: “Lo fundamental es que toda la gente adquiera el hábito de controlar su presión periódicamente y que si tienen dudas consulte al médico. Desde la SAHA recomendamos a todos los argentinos a medir con frecuencia su presión arterial y conocer cuáles son sus propias cifras que evitar que esta enfermedad sorprenda”.
Concluye el cardiólogo Díaz sobre el impacto polémico del estudio PURE en la comunidad científica internacional y local: “Lo más interesante que deja PURE es que hoy en el mundo más del 40 por ciento de la población adulta tiene presión arterial anormal, elevada. Y pensábamos que era más baja. Después pensamos que era menor en el ámbito rural que en el urbano, pero no, son similares. Después fuimos a la Argentina y vimos que la prevalencia de la enfermedad era de más del 40 por ciento, casi la mitad de la población. Entonces uno de los mensajes más importantes que aprendimos con este estudio PURE es que la mitad de la población adulta de la provincia de Santa Fe y por ende de la República Argentina es hipertensa”.
“Aprendimos también que de todos los sujetos hipertensos sólo 1 de cada 6 tiene presión arterial normalizada. Quiere decir que de toda la población completa de hipertensos, sólo un 30 por ciento está tratada y un 15 por ciento tiene cifras de presión arterial normalizada.Y aprendimos sobre todo que los médicos no estamos haciendo las cosas del todo bien”.
Por: Daniela Blanco dablanco@infobae.com
(fuente: http://www.infobae.com/2015/05/15/1728242-hipertension-arterial-que-hay-detras-una-epidemia-silenciosa-considerada-serial-killer)