El Origen de las Frases Ilustres…

(f) Dar o Recibir una filípica. En el habla popular tiene que ver con un duro reto o recriminación. En el contexto lingüístico es un encendido discurso, condenatoria, o diatriba, entregada a condenar a un actor en particular. El término se origina con Demóstenes quien profirió varios ataques en contra de Filipo II de Macedonia. Demóstenes fue –además de un político ateniense- uno de los oradores mas brillantes de toda la historia. Las filípicas son entonces en el contexto histórico, cuatro documentos escritos entre 351-50 a. C. y 340 a. C., dirigidos contra el creciente poder del macedonio, a quien ve como una amenaza, no sólo para Atenas, sino para todas las ciudades estado griegas. Despues de la muerte de Filipo, ante la expansión macedonia que llevó a cabo su hijo –Alejandro III, también llamado Magno- Demóstenes fue el principal responsable del levantamiento de Atenas y Tebas en su contra. Alejandro aplastó la sublevación y Demóstenes se suicido para no caer en manos macedonias.

Marco Tulio Cicerón, muy admirador de Demóstenes, tituló también como las Filípicas a una serie de discursos pronunciados contra Marco Antonio en la época del segundo triunvirato romano.

Así que –como se podrá ver- la expresión que tiene que ver con una severa reprimenda tiene un origen muy antigüo.

 

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