Eduardo Coduri, número uno de la filial local de EY, asegura que el principal reto de cualquier compañía es administrar las necesidades del corto y largo plazo en un entorno cada vez más desafiante.
Pese a que reconoce que la Argentina está atravesando un momento complicado, Eduardo Coduri, CEO local de la firma auditora y consultora Ernst & Young (EY), se muestra optimista. El máximo ejecutivo -que lleva 33 años en la compañía- considera que la clave radica en proyectar a futuro, pero sin perder de vista el corto plazo. Para él, el principal desafío, hoy, pasa por aprender a sumar innovación y gestionar en un contexto cambiante. Sus expectativas para este año, los ganadores y perdedores de la economía en 2017 y el «efecto Trump».
Coduri retomó, hace dos años, la posición de número uno en la filial local de EY, aunque ya había desempeñao el mismo puesto durante 2005 y 2006. En ese momento, la compañía decidió enfocar su negocio en Sudamérica, y le ofrecieron hacerse cargo de las áreas de Auditoría y Consultoría para los 10 países de la región (Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Perú, Venezuela, Ecuador, Paraguay, Uruguay y Bolivia). «Fue un desafío interesante, porque muchas de nuestras firmas eran pequeñas y veíamos que las economías emergentes iban a tener un crecimiento muy significativo», explica Coduri.
– ¿Cuál cree que es, en la actualidad, el principal desafío en su gestión?
El desafío que noto como más importante en la actualidad es la constante adaptación al cambio. Otro aspecto con el que hay que lidiar también es el de las estructuras: antes eran verticales y ahora son más horizontales, con mucho trabajo en equipo. Por eso, se requiere adaptación.
– ¿Cómo impacta la tecnología en este proceso de acomodamiento?
Cada vez más nos tenemos que reconvertir en términos de tecnología. La innovación es un factor clave de éxito. La forma de hacer negocios cambió a lo largo de las décadas y los avances técnicos que hay que aplicar hoy no tienen nada que ver con los que se utilizaban en los años ’80. Ante este panorama, es necesario atraer a los talentos del futuro, quienes poseen una alta impronta tecnológica, que antes no era del todo valorada o requerida.
– ¿Cuál es entonces la estrategia que llevan a cabo para la búsqueda y la retención del talento joven?
Casi el 80% del personal está compuesto por millennials. Tenemos que brindar una oferta que cubra las expectativas de esa rama etaria. Es decir, el eje debe pasar por metas más cortas, más involucramiento en los negocios y temas referidos a la sustentabilidad, mucho feedback, trabajo en equipo e incorporación de tecnología en las tareas diarias.
En este sentido, apostamos a que el trabajo rutinario lo haga la robotización y que las personas generen un valor agregado. Además, tenemos varios programas de beneficios para completar la oferta.
– ¿Cómo promueven la carrera dentro de la compañía a nivel local e internacional?
Somos parte de una organización global y contemplamos la posibilidad de continuar la carrera en el exterior. Así, desde la compañía promovemos que los empleados tengan una experiencia de este tipo. Para eso, tenemos tres programas (de tres, seis y más de 12 meses, que pueden renovarse) para quienes cumplan con ciertos requisitos, como un determinado nivel de performance y el manejo del idioma del país destino, entre otras cuestiones.
– ¿Cómo se hace para estar a la vanguardia en medio de una coyuntura con tantos vaivenes?
Lamentablemente, en la Argentina, el corto plazo fija una agenda limitada. Se puede planificar con miras a un futuro lejano, pero siempre hay que tener en cuenta el futuro cercano, si se pretende evitar problemas de sustentabilidad, sobre todo, en este contexto local tan cambiante.
El gran reto próximamente será encontrar una fórmula para administrar en este proceso de transición el corto plazo con el largo. Soy optimista, pero es un camino que vamos a tener que transitar con convicción y esperanza de que vamos a superar las barreras.
– ¿Cuáles son las perspectivas para 2017?
Estamos atravesando un marzo complejo. Las expectativas indican que el cuarto trimestre será mejor -luego de pasar el punto de inflexión-, con crecimiento del PBI, caída de la inflación, un dólar estable y la necesidad de ser más competitivos con costos internos más bajos para insertarnos en el mercado global.
– ¿Qué sectores ve con más potencial?
Algunos sectores que veo ganadores son agribusiness, infraestructura (que con el plan de inversión del Gobierno -absolutamente necesario después de 12 años sin financiamiento- va a repuntar), finanzas (deberán acompañar siendo competitivamente atractivas en términos de oferta para los consumidores), real estate (los planes del Estado y la oferta de financiación con tasas bajas son beneficiosos), la industria automotriz (está empujando, aunque Brasil tira para abajo; si a finales de 2018, con las elecciones, la economía brasileña empieza a crecer, va a ayudar a la industria argentina), y oil & gas (que depende de cómo se manifiestan los precios internacionales. Estamos entre las cinco naciones más importantes y tenemos todo el potencial para cubrir la demanda mundial).
– ¿Y cuáles considera que serán los más comprometidos?
Probablemente, la parte más complicada será la de consumo masivo. Hay que crear incentivos para lograr mejoras en la compensación y que, de esa manera, la gente pueda volcarlas al consumo. Pareciera ser que todavía hay que aguardar a ver cómo se comporta el mercado.
– ¿Qué preocupaciones o inquietudes le expresan sus clientes de manera recurrente en el último tiempo?
Nuestros clientes -y el mercado en general- necesitan simplificación. Hay demasiado enmarañado en términos de regulaciones y normas. Hay que hacer que los negocios fluyan y sean simples. Esa es una de las preocupaciones más frecuentes. Otra de ellas se relaciona al déficit fiscal: se trata de reducir el costo. La Argentina será competitiva si somos capaces de dejar de exportar impuestos. Los países que sean eficientes y tengan una carga impositiva menor van a ser más competitivos que nosotros. Y, por último, el mercado está esperando que se generen estímulos para que se produzca un círculo virtuoso. Con esto me refiero a que se abra una ventana para que haya incentivos tales que eleven el nivel de actividad.
– Cuándo habla de incentivos, ¿se refiere al Estado o de capital privado?
Pienso que el Estado tiene que ser el generador de los incentivos.
– ¿De qué fenómenos que están ocurriendo a nivel global puede la Argentina sacar alguna ventaja?
Es una pregunta difícil de responder porque nadie tiene en claro qué va a pasar con la nueva administración de los Estados Unidos. Es una incertidumbre cuál será su comportamiento. El cambio va a darse, el interrogante es si va a ser gradual o radical. Hay que esperar.
Un premio a las buenas ideas
Reconocido como uno de los certámenes más prestigiosos a proyectos emergentes, este año se llevará adelante la séptima edición de este concurso que se realiza en el resto del mundo hace más de 30 años. EY Argentina se sumó al programa en 2011, con el fin de contribuir al desarrollo del país a través del impulso de la cultura emprendedora. Existen cuatro categorías de galardones. Uno de ellos es el emprendedor master, que participa del evento anual World Entrepreneur Of The Year, símbolo de prestigio para los empresarios que lideran compañías de primer nivel. «Es quien nos representa en Mónaco en la contienda mundial durante la primera semana de junio, compitiendo con más de 60 países. Luego, hay otros tres rubros: premio al emprendedor emergente, a la carrera empresarial, y al emprendedor social, que últimamente se lo estamos dando a un trío», sostiene Coduri, mientras añade que «el jurado es externo, en el que EY no participa, y está integrado por especialistas y personalidades reconocidas de distintos géneros y ámbitos». El próximo 20 de abril se llevará a cabo una gala de premiación en el Hotel Four Seasons, donde se darán a conocer los resultados concernientes a este año.
Hoja de ruta
Eduardo Coduri es contador público graduado de la Universidad de Buenos Aires (UBA) y socio director de EY en la Argentina. Su ingreso a la compañía se dio en 1984, mientras finalizaba sus estudios universitarios, cuando todavía EY era Andersen. Desde entonces, el CEO local de la firma de consultoría desarrolló su carrera profesional en la empresa, mayormente en el área de Auditoría, hasta convertirse en el número uno de la filial nacional en 2014. En 2006, fue nombrado Assurance Managing Partner de EY en Sudamérica, posición que sigue manteniendo en la actualidad, además de ostentar el cargo de Country Managing Partner de la Argentina. En el país, la multinacional posee 60 socios y 2.500 empleados.
por AGUSTINA DEVINCENZI.
Fuente: http://www.cronista.com/management/El-mercado-necesita-una-simplificacion-20170322-0007.html