Invitada por RUS, Constanza Orbaiz habló sobre la discapacidad en el Espacio Clarín

El pasado sábado 27 de enero, en el Espacio Clarín (Mar del Plata, Buenos Aires) e invitada por Rio Uruguay Seguros, Constanza Orbaiz dio una charla respecto a una mirada diferente sobre la discapacidad, brindando detalles sobre su lucha y su historia.  Constanza sufrió falta de oxígeno al nacer, lo que le provocó una lesión cerebral que la marcó de por vida. No obstante, se recibió de psicopedagoga y dio una charla TED que conmocionó al mundo.

“Fue al comienzo de mi nacimiento”. Con ese textual Constanza Orbaiz comienza su relato de vida ante decenas de personas en Espacio Clarín. No se siente nerviosa, ya que no es la primera vez que habla sola ante un público atento. Hace no tanto dio una charla TED que se viralizó en minutos y conmocionó a un país entero. “Fue al comienzo de mi nacimiento”, repite tras una profunda pausa y ante el silencio de Teté Coustarot, quien moderó esta charla de Río Uruguay Seguros.

Constanza sufrió falta de oxígeno al nacer, lo que le provocó una lesión cerebral que la marcó de por vida con una discapacidad. Su voluntad de lucha y sentido del humor, la llevaron a nunca bajar los brazos. «El humor es mi remedio», asevera. Hizo la primaria en una escuela especial para chicos con capacidades diferentes y terminó el secundario con mucho esfuerzo. “Fue difícil para mí recibirme. Me pasé a una escuela para adultos y me esforzaba un montón. Por suerte pude rendir libre las materias”, reveló entre risas.

Seguidamente, recordó un momento amargo que vivió cuando tomó la decisión de ir a anotarse sola al profesorado de Psicopedagogía. “Tres personas se sentaron enfrente mío y me dijeron: ´Son tus papás los que deberían estar acá´ y me fui muy amargada, pensando que realmente esa gente no entendía nada. Cuando uno está rodeado de gente que no entiende, no está bueno”, lamentó.

Pese a ese mal trago, Constanza siguió adelante con sus sueños. Con el apoyo incondicional de sus padres y amigas, se recibió de psicopedagoga y hoy tiene su propio consultorio donde atiende a nenes con discapacidad. Además, trabaja part time en un jardín de infantes. “Amo mi trabajo. La mejora de un chico discapacitado es año a año, paso a paso”.

Con una metáfora, asegura que sin sus padres no hubiera sido capaz de soportar los altibajos propios de su discapacidad. “Mis padres la lucharon mucho. Cuando nací, para ellos fue como haber armado las valijas para ir a la mejor playa y que les notificaran a último momento que en realidad iban a viajar a la montaña”, bromea entre risas.

Teté le preguntó que le aconseja a los padres de los niños que ella misma atiende, a lo que contestó: “Soy muy respetuosa con todos los padres. Muchas veces se los tilda de sobreprotectores, pero hay que estar en sus zapatos. Hay que saber acompañarlos”, al tiempo que recuerda cómo su mamá la alzaba de bebé para hacerla bailar. Ella siempre decía: “Si Connie no se puede mover, yo la hago bailar”.

La joven contó que a lo largo de su vida vivió situaciones buenas y malas. Así como una vez una profesora la avergonzó al pedirle una carta del Ministerio de Educación para tomarle un examen oral, otra vez una joven se ofreció de corazón a atarle los cordones. “A la gente le cuesta mucho entender lo diferente. Muchas veces no saben cómo tratarme. Puedo sentarme a tomar un café y hasta irme de vacaciones sola”, se ríe.

Un oyente levantó la mano y le preguntó si tenía novio. Sin perder el sentido el humor, Constanza le respondió: “Tengo un amor muy fuerte de cuatro patas que me debe estar mirando desde la luna”. La joven reconoce las dificultades de su discapacidad, pero alienta a los presentes a valorar la magia de la vida.

“Mi vida es difícil, nunca diría lo contrario. Debo comer comida especial y tengo momentos donde no logro ver más allá de mi discapacidad. Lo bueno es que me recompongo rápido”, afirma. Por último, la joven pidió “mirar más alrededor y mostrar interés por lo que le pasa al prójimo”. La charla terminó con ovaciones, abrazos y aplausos multitudinarios.

Fuente. Clarín.

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