La Federación Internacional del Automóvil para Latinoamérica compartió una serie de recomendaciones para manejar de manera eficiente. Sugerencias para saber cómo emplear el motor, el aire acondicionado, los neumáticos, la aerodinámica y el combustible sin dañar tanto a la naturaleza.
El planeta pide piedad. Las alarmas naturales están sonando hace tiempo. Es menester reducir el impacto ambiental, sanar la naturaleza, redimirse en cuestiones de negligencia e irresponsabilidad.
La Federación Internacional del Automóvil para Latinoamérica –FIA Región IV– recogió esta necesidad y la transformó en oportunidad: diagramó una estrategia de sustentabilidad en procura de que los autos sean reconocidos como referencia en prácticas responsables y ejemplo en innovación del medio ambiente.
Consejos útiles, sencillos y al alcance de todos para estimular el uso eficiente del vehículo, con la expectativa de crear una tendencia de conducción ecológica que contribuya a la disminución del efecto ambiental y que además genere un costo económico. «Buscamos que el mundo de los autos comprenda, evalúe y mejore su impacto ambiental, incorporando nuevas tecnologías y promoviendo la aceptación y toma de consciencia entre los consumidores; y excelencia en la innovación para fomentar e incitar un desarrollo que preserve el medio ambiente», detalló el Lic. Pablo Azorin, Jefe de Seguridad Vial y Medio Ambiente de FIA.
1. Autos con eficiencia ecológica. Se recomienda tener en cuenta la eficiencia medioambiental antes de comprarse un vehículo. Aún a la espera de que se democraticen los autos híbridos y eléctricos, es útil saber que los modelos con tecnología sustentable alivian la economía y afectan menos al medio ambiente. Un vehículo ecológico y eficiente con dimensiones adecuadas a las necesidades también reducirá los costos.
2. Viaje planificado. Diez minutos de conducción innecesaria en un viaje de una hora reducirían el rendimiento del combustible en un 14 por ciento. La FIA alienta el uso de sistemas electrónicos de navegación (GPS), herramientas que ayudarán a identificar la ruta más fácil hacia un destino determinado y, a la vez, ahorrar emisiones contaminantes evitables.
3. Neumáticos adecuados. Es indispensable comprobar con frecuencia la presión de los neumáticos: un nivel correcto disminuye la resistencia a la rodadura, aumenta el rendimiento y la adherencia al asfalto, y en consecuencia, la seguridad del vehículo. Neumáticos con una presión inferior a 7 Lbs (Manual del vehiculo) reduce el rendimiento del combustible en un 2% y en un 4% en áreas urbanas y suburbanas, respectivamente.
4. Cargas innecesarias. El peso adicional y la resistencia al aire disparan el consumo de combustible. Más de cien kilos de peso a bordo perjudican el rendimiento aproximado del 6% del carburante en modelos de tamaño mediano. La FIA advierte también que los vehículos modernos se fabrican en relación a la aerodinámica: un bulto ubicado en el techo es capaz de incrementar el consumo de nafta en un 20 por ciento.
5. Uso responsable del aire acondicionado. Cuando la temperatura exterior es de 25°C, el aire acondicionado consume un 12% más del combustible. FIA sugiere que en áreas urbanas abrir las ventanillas es más eficiente que el aire acondicionado, mientras que a mayor velocidad es recomendable lo contrario por efectos de una mayor resistencia del aire.
6. Conducción suave y constante. La conducción suave demanda menos combustible, es más segura y eficiente. Marchas más largas, distancia entre vehículos para evitar aceleraciones y desaceleraciones (que conllevan una reducción entre el 2% y el 6% en áreas urbanas y suburbanas), y una conducción lenta y prolongada proporcionan mejor niveles de eficiencia al volante.
7. Pendientes. Los caminos con pendientes en ascenso y descenso generan situaciones que permiten ahorrar el consumo de combustible. En bajadas, la FIA invita a aprovechar la inercia para adelantar el cambio de marchas circulando a bajas revoluciones. En subidas, recomienda circular sin superar las 3000 RPM e incrementar paulatinamente la presión sobre el acelerador.
8. Frenar con los cambios. El uso de la capacidad natural de frenado del motor ahorra combustible. Frenar progresivamente con la desaceleración detiene el suministro de nafta, incrementando el rendimiento un 2 por ciento. Además frenar con el motor reduce el desgaste de frenos y neumáticos.
9. Cuidar la actividad del motor. El propulsor consume combustible incluso cuando no está en movimiento. Si el vehículo está inactivo durante más de un minuto, emplea más combustible del que se necesita para volver a arrancar el motor. También la FIA recomienda no calentarlo antes de empezar a conducir, salvo en condiciones de frío extremo.