3 simples y efectivos pasos para controlar tus impulsos y obtener mayor inteligencia emocional.
¿Tu jefe te cambio los planes y vas a tener que trabajar fuera de hora? ¿Llegaste tarde a una reunión por un acontecimiento fuera de tu control? ¿Tuviste una discusión en casa y eso altero tu estado anímico del día?
Te propongo que acordemos algo. Hay una realidad: ¡Las cosas van a ocurrir!
Quieras o no, estés más o menos de acuerdo, la realidad no siempre se nos presenta del modo que deseamos, proyectamos o esperamos. Entonces la pregunta desafiante es: ¿Qué hacer cuando las cosas que ocurren son distintas a lo que esperábamos y la ira, el enojo o la molestia gobiernan nuestros días?
Te propongo una receta infalible de 3 pasos:
1: PARÁ, DETENETE
El primer paso es físicamente detenerte o parar. Acordate siempre de aquella ley de la física que indica que a toda acción sucede una reacción. Ante todo estímulo existirá una respuesta.
Por eso responder con una pausa es justamente el primer y el más importante entrenamiento. Es lo opuesto a responder o reaccionar desde un estado alterado, desequilibrado de ira o enojo. Si físicamente te detienes esto le informará directamente a tu cerebro y a tu mente que tu estás bajo el gobierno de la situación.
Una manera en la que podés ponerte a prueba es la siguiente: alargá el plazo de tiempo entre el estímulo y la respuesta, medí cuanto tiempo te lleva hoy en día este proceso y proponete incrementar esta distancia.
Al igual que un maratonista se propone disminuir el tiempo que tarda entre la salida y la llegada, tu objetivo será alargar el tiempo entre que ocurre algo que te incomoda y te molesta y la respuesta que das a ello. ¡El éxito estará en cómo te gobiernas!
2: SÉ CURIOSO
Luego de acontecido el episodio que te ha “sacado de eje”, preguntate: “¿De dónde viene realmente esta ira? ¿Por qué estoy realmente enojado?” Con la toma de consciencia, viene la claridad. Y con la claridad se despeja la ira y la molestia.
Tal vez descubras que la gran parte de tu enojo probablemente no esté ocurriendo ahora mismo. Que es solamente el espejismo de una vieja historia que te estás contando nuevamente hoy. Una proyección del pasado que está afectándote en el presente. Una vieja herida o una antigua creencia que ha sido tocada nuevamente por el hecho en cuestión.
3: LA PREGUNTA MÁGICA
He aquí la pregunta “mágica” que en mi opinión más podrá ayudarnos cuando una situación nos desborda. La pregunta es: “¿Cómo respondería a esto mi mejor versión?”
Debés confiar en que por más desequilibrante o molesta sea la situación dentro de cada uno de nosotros habita nuestra “mejor versión”. Una versión que responde a los acontecimientos desde la gratitud, la calma, la compasión, la comprensión y el equilibrio.
Imaginate que podés viajar en el tiempo y observar dentro de 20 años la situación actual. ¿Qué diría sobre el acontecimiento esta versión tuya que ha crecido, se ha enriquecido y es más sabia y madura? Y mejor aún, “¿Qué haría? ¿Qué acción tomaría esta versión tuya?”
Probablemente si haces este ejercicio descubras que esta versión te dirá cosas tales como “Calmate, no es tan terrible. Al fin de cuentas no es tan importante si miras la “foto grande” de tu vida. Todo pasa”.
Para concluir quisiera dejar en claro que este enfoque no tiene que ver con evadir las sensaciones o anestesiar a tus emociones. Bien por el contrario. Sentilas profundamente. Emocionate hasta las lágrimas. Pero entrenate y aprende luego a gobernar tus impulsos, tus pensamientos empobrecedores y las acciones que desde ese lugar querrás tomar.
Es probable que tal vez al comienzo resulte más incomodo encarar este camino pero te aseguro que una vez que lo hayas integrado no solo durará para siempre en tu vida sino que convertirá tus peores enojos, aquellos que tienen el poder de eclipsar tus días, tan solo en nubes pasajeras.
Fuente: http://www.apertura.com/lifestyle/Como-gobernar-tus-emociones-20170124-0002.html