Bronceado seguro según cada persona y lugar

(f) El agua, la arena y la nieve reflejan distintas cantidades de radiación solar. Además, cada tipo de piel reacciona de manera diferente. Consejos para elegir una buena protección.

El protector solar debe ser el adecuado para cada fototipo o tipo de piel.

El sol es indispensable para la vida, la mineralización ósea, las síntesis vitamínicas y el buen humor pero puede ser peligroso y causar daños si se consume en cantidades excesivas. La calidad de la radiación solar no es constante y varía según la altitud, la temporada, la cobertura nubosa, la contaminación y el horario.

No es lo mismo tomar sol en una plaza que en la playa como en una montaña esquiando. Es importante tener en cuenta que: la nieve refleja de 75 a 95 % de las radiaciones solares, la arena de 15 a 25 %, el agua entre 10 y 20 % y el césped de 0.4 a 4 %.

El bronceado es una respuesta de defensa natural de la piel frente a la exposición. Los melanocitos, que son células pigmentarias, se activan bajo el efecto del sol, acelerando la producción de melanina, que absorbe la radiación y crea una pantalla protectora dando un color marrón o dorado.

El bronceado ofrece una protección capaz de absorber parte de los rayos solares que ingresan a la piel, pero no es suficiente para prevenir los efectos nocivos del sol.

Además, no todas las personas reaccionan al sol de la misma manera, ya que está determinado por factores hereditarios como el color de la piel o del cabello. Esta manera, propia de cada uno, de responder frente al sol es lo que se denomina fototipo. A continuación un cuadro explicativo de los seis diferentes fototipos posibles:

I – Cabellos muy claros – Piel muy blanca – Se quema siempre fácilmente, no se broncea nunca.

II – Cabellos rubios – Piel clara – Se quema siempre fácilmente, se broncea ligeramente.

III – Cabellos rubios a castaños – Piel clara – se quema moderadamente, se broncea progresivamente.

IV – Cabellos castaños oscuros – Piel mate – Se quema poco, se broncea siempre fácilmente.

V – Cabellos castaños muy oscuros – Piel morena – Se quema raramente, se broncea intensamente.

VI – Cabellos negros – Piel negra – No se quema nunca, fuertemente pigmentada.

Cómo elegir el protector solar

Un buen fotoprotector tiene que poseer protección solar de amplio espectro que proteja de los rayos UVA-UVB.

Las pantallas están indicadas para las pieles sensibles, ya que no se absorben y cubren todo el espectro de rayos solares. Las hay de tipo mineral y orgánico.

Minerales: son pigmentos insolubles que actúan por reflexión y están indicadas en pieles alérgicas y niños.

Orgánicas: son pigmentos insolubles de origen orgánico, con mecanismo de acción combinado de absorción y reflexión ideales para pieles sensibles; brindan además muy buena cualidad cosmética.

Los filtros absorben la energía del sol y la transforman en inocua para la piel, penetran y tienen cualidades cosméticas buenas. Se indican en pieles sin problemas de tolerancia. Un plus a tener en cuenta es la acción antioxidante (vitamina E) para prevenir el envejecimiento provocado por los radicales libres.

El bronceado extremo ya no está más moda: ahora, el «bronceado seguro» es y debería continuar siendo la tendencia. Para ello, es imprescindible seguir las reglas de oro:

– Evitar tomar sol entre las 11 y 16.

– La exposición debe de ser progresiva.

– Renovar la aplicación del protector solar cada 2 horas.

– No utilizar un fotoprotector solar para aumentar el tiempo de exposición.

– Usar el protector solar adaptado al tipo de piel.

– Controlar las quemaduras solares, que son peligrosas, en especial, en los niños .

– Proteger a los chicos con una camiseta (seca), gorra y anteojos de sol.

– Los bebés y los niños pequeños no deben de ser expuestos al sol.

– Examinar regularmente los lunares.

* Silvina Zeitune es farmacéutica y gerente de Producto Avene en el laboratorio Pierre Fabre Dermocosmétique, .

(fuente: clarín.com – POR SILVINA ZEITUNE / PARA CLARÍN BUENA VIDA– 10/1/14)

 

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