La caída en los precios de las materias primas es tan profunda que ya se asemeja al derrumbe experimentado por las cotizaciones durante la crisis internacional de 2008/2009. En los últimos días el problema se acentuó por la devaluación de la moneda china y las perspectivas no son favorables: de acuerdo con un reciente informe de Merrill Lynch, el yuan sufriría nuevas depreciaciones en los próximos meses.
Las proyecciones del Fondo Monetario Internacional prevén que los precios de las materias primas se mantendrán en los niveles actuales en los próximos años, circunstancia que, de concretarse, significaría que el próximo gobierno no gozaría de los altos valores internacionales que rigieron en los últimos años.
Los precios internacionales de las materias primas cayeron un 35% en los últimos 12 meses, aproximándose al ajuste de 42% observado durante la crisis financiera internacional de 2008/09, según las mediciones del FMI.
Los mercados de materias primas tuvieron una complicación adicional cuando el 11 de agosto pasado el Banco Central de China permitió que el yuan se devaluara 3% con relación al dólar. Los analistas de Merrill Lynch advirtieron que existe el riesgo de nuevas depreciaciones en los próximos meses con el propósito de revertir la declinación en las exportaciones del gigante asiático -cayeron 8% en los últimos doce meses- y los temores sobre el incumplimiento de la tasa del 7% de crecimiento fijada por el gobierno chino (tras crecer a casi 10% anual durante décadas).
La devaluación del yuan torna más cara la importación de commodities por parte de China, ya que los precios de estos productos están nominados en dólares, y probablemente reducirá la demanda de materias primas con el consiguiente impacto en los precios, advierte un informe de Merrill Lynch. Cabe recordar que China es el mayor importador de commodities del mundo.
De esta manera se verán afectadas las economías de los mercados emergentes, fuertemente dependientes de la exportación de materias primas. Frente al escenario adverso de la caída en los precios, los países emergentes han devaluado sus monedas, circunstancia que es particularmente evidente en el caso de Latinoamérica.
En los últimos 12 meses el real brasileño se devaluó 34%, el peso chileno cayó 15%, la moneda colombiana 35%, la mexicana 18% y la peruana 12%. Esta circunstancia genera un problema adicional a la Argentina, ya que sus exportaciones tienden a tornarse más costosas en el mercado latinoamericano. Y el problema es en particular para las manufacturas, ya que Sudamérica es la destinataria de las dos terceras partes de las ventas de productos industriales argentinos, según cálculos de la Consultora DNI.
• Pérdidas millonarias
Si bien, como se señaló, la caída en los precios de las materias primas es semejante a la experimentada durante la última crisis internacional, las razones son distintas.
En 2008/2009 la merma en las cotizaciones de las commodities obedeció a una contracción de la demanda, mientras que, actualmente, este fenómeno está impulsado por un fuerte aumento de la oferta (petróleo, granos, leche cruda).
La caída de precios afecta los ingresos de divisas de la mayoría de los países de la región. En el último año, la merma para la Argentina de las exportaciones totales ha sido de 16%, equivalente a más de u$s 12.000 millones ó 2,3% del PIB, de acuerdo con una estimación de la Fundación Mediterránea. Pero el caso argentino no es aislado: en Brasil, las ventas al exterior se recortan un 12% (1,2% del PIB) y en Chile lo hacen un 10% (2,9% del PIB)
Se calcula que Argentina dejaría de percibir entre u$s 7.500 y u$s 8.000 millones por año en caso que los actuales precios de las commodities se mantengan y si el país exportara los mismos volúmenes del período 2012/2014.
El trabajo de la Fundación Mediterránea señala que tanto en este episodio reciente como en el sucedido años atrás se observa un patrón común, con un mayor ajuste en los precios de los combustibles, seguido luego por los precios de los metales y finalmente por los de las materias primas agrícolas (granos, harinas) y alimentos en general (carnes, frutas). En los últimos doce meses los combustibles han bajado 44%, los metales 23% y los alimentos 16%. En la crisis financiera internacional el ajuste fue de 50%, 28% y 21% respectivamente.
Si bien no se descartan fluctuaciones, los precios de las materias primas se proyecten relativamente estables, según el FMI. De concretarse el pronóstico, se ubicarían por debajo de los altos valores de los años 2012/2014 pero muy por arriba de los precios observados durante otros períodos no tan lejanos (fines de los ’90, 2002).
Los dos gobiernos de Cristina de Kirchner estuvieron acompañados de muy buenos precios internacionales de commodities. Particularmente, el precio de la soja en el primer mandato tuvo un valor promedio de casi 450 dólares por tonelada en puertos argentinos y luego escaló a 527 dólares en el segundo.
El escenario futuro debería contemplar un ajuste de precios respecto de los valores observados en años previos. Por caso, una soja a u$s 375 por tonelada exportada, que implica un ajuste del 29% respecto al valor observado durante el segundo mandato de Cristina, según la proyección de Fundación Mediterránea.
Por: Liliana Franco
Fuente: Ámbito Financiero (http://www.ambito.com/noticia.asp?id=803595)