Ya no sufren en silencio por desamor si no que aprovechan las redes sociales para publicar todo lo que sienten. También las usan para buscar pareja, hacer amigos y «acomodan» su perfil según sus intereses. Amor y virtualidad en el siglo XXI
La tecnología repercute en los hábitos cotidianos y en la construcción de la subjetividad. Y es que todo se publica en las redes sociales: la foto de la nueva pareja, los comentarios de la noche anterior en una salida de amigos, indirectas de desamor para alguna persona…
«Nada se oculta, todo merece contarse, revelarse. Los sucesos felices y los tristes, gustos personales, viajes, eventos familiares o cualquier comentario ocurrente o sin sentido, merecen ser publicado. Las redes también denuncian los desengaños amorosos: los hombres desalmados, los infieles, los huidizos, los violentos, son denunciados a los cuatro vientos», expresó en una entrevista con Infobae el doctor Walter Ghedin, médico psiquiatra y sexólogo.
«También les toca a las malas amigas, las entrometidas, las insufribles, a las demoradas del amor. Todo se sabe, se exhibe, se declama: por peligro, por prevención, o simplemente por chisme. Twiter y Facebook son herramientas fundamentales a la hora de dar a conocer las angustias femeninas. Los hombres se ocultan más: sólo muestran sus hazañas, o hacen algún comentario irrelevante. Ellos prefieren confiarles a sus amigos íntimos las desavenencias con sus parejas o sus ex. No quedaría nada bien y estarían devaluando la virilidad exponiendo sus broncas o ruegos por Internet», sostuvo el especialista.
Las mujeres, por su parte, han encontrado en los recursos virtuales una forma de comunicación íntima y vigorosa para canalizar sus ansiedades. Sin embargo, a la hora de conseguir una pareja por Internet existe más paridad entre los discursos de hombres y mujeres. Ambos se necesitan y se buscan entre las páginas dedicadas a tal fin. El perfil, la foto, y algún comentario breve de presentación son las primeras señales que favorecen el acercamiento.
«Las mujeres se cuidan más a la hora de mostrarse disponibles, por lo menos en la presentación del perfil. Después la cosa cambia. La intención de conquista demasiado apresurada espanta a los hombres. La percepción masculina se ha aguzado tanto a este tipo de demanda femenina que no quiere toparse con ninguna insistencia. Las mujeres que desean tener pareja se han vuelto muy ansiosas y los hombres están más que susceptibles y alertas a este tipo de conducta», aseguró Ghedin.
El especialista sostuvo que el discurso masculino abunda en enojo cuando una mujer pretende tenerlo más tiempo que el concedido. No quieren actuar en forma apresurada, no soportan exigencias ni quejas de ningún tipo. Tampoco quieren compartir bajo coacción: «te presenté a todos mis amigos y vos a ninguno», «tus hijos tienen que conocer a la nueva pareja del papá». Las nuevas damas quieren exclusividad y los varones están más cerrados en sus mundos. No están dispuestos a ceder ni un ápice de la paz o logros conquistados, sobre todo si vienen de matrimonios o vínculos conflictivos.
Es probable que los varones se hayan vuelto más narcisistas, saliendo a defender su territorio: sus espacios físicos y su mundo propio, lo cual determina un panorama complicado para las relaciones interpersonales afectivas. «Cada vez es más difícil conseguir pareja, lo dicen tanto hombres y mujeres. Pero son ellas las que se movilizan, las que insisten, las que se exponen en las redes sociales, las que se animan al primer café con esperanzas de conocer al hombre que mínimamente cumpla con alguna expectativa, las que se quedan esperando, las que se frustran, las que vuelven a la carga con renovada energía», expresó.
El ejercicio de la virtualidad acerca o aleja a los que pretenden acceder a la conquista y al amor. «La tecnología es un poderoso recurso para que las personas se conozcan. Sin embargo, es condición necesaria tomar recaudos. La virtualidad también esconde mentiras, favorece las inhibiciones, incrementa frustradas fantasías y otras decepciones. En fin, cosas de la vida moderna», finalizó Ghedin.
(fuente: Infobae.com Por: Soledad Blardone)