Peatones distraídos: la tecnología aumenta el riesgo de accidentes

peatones distraidosSegún un informe, el 16,6% de las personas cruzan calles o avenidas en la ciudad de Buenos Aires al tiempo que usan aparatos electrónicos, que disminuyen su atención

A diez minutos de las 19, mochila al hombro y auriculares puestos, un joven de unos 30 años avanza por la senda peatonal en la intersección de las avenidas Pueyrredón y Santa Fe. A mitad del trayecto, el semáforo vehicular pasa de amarillo a verde.

No apura el paso: tiene la mirada fija en el celular y tipea a toda velocidad un mensaje de texto. Sólo el bocinazo de un auto, que se superpone al insulto de un motociclista, logra sacarlo del ensimismamiento.

Situaciones como ésta se suceden cada vez con mayor frecuencia en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Según el informe «Comportamiento de peatones en la CABA», publicado recientemente por el Observatorio Vial Latinoamericano (Ovilam), los denominados «peatones tecnológicos» -aquellos que transitan o cruzan la calle haciendo uso de aparatos electrónicos que distraen su atención o afectan principalmente sus sentidos de la vista y oído- son un fenómeno que no para de crecer.

Mientras que en 2014 representaban el 10,5% de los individuos observados, en 2015 la cifra ascendió al 13,8%, y este año es del 16,6%. De este total, se identificó que en el momento del cruce de calles y avenidas un 11,1% usan auriculares, 3,3% hablan por teléfono y 2,2% envían mensajes de texto.

El aumento de esta tendencia enciende en los especialistas una luz de alerta por los peligros que conlleva para la seguridad de los peatones. Destacan que es necesario trabajar en la concientización y aseguran que las sanciones o los llamados de atención por parte de las autoridades también son claves para empezar a cambiar costumbres de riesgo.

Cerca de las 20, una escena similar se repite en Callao y Santa Fe, donde cada cinco minutos entre dos y cuatro peatones cruzan hablando por teléfono, escribiendo mensajes o escuchando música. Algunos, además, omiten las reglas más elementales: no respetan la senda peatonal o esperan para cruzar sobre la calle.

Cada 57 minutos, en la CABA tiene lugar un hecho de tránsito con, al menos, una víctima. Así surge del Informe sobre Siniestralidad Vial en la CABA de la Defensoría del Pueblo, que durante 2015 contabilizó 9242 siniestros viales, en los que resultaron damnificadas 9952 personas, entre víctimas fatales y lesionadas. En el desagregado por categoría de movilidad, los motociclistas, al igual que en 2014, ocupan el primer lugar en víctimas fatales y lesionados.

Sin embargo, si se consideran los casos mortales durante 2015, la cantidad de peatones (33) fallecidos in situ iguala la de motociclistas. Estas dos categorías concentran el 72% de los 92 casos fatales (los automovilistas representan el 19,6%).

Fabián Pons, presidente de Ovilam, sostiene que las distracciones tecnológicas y cruzar la calle conversando o sin prestar atención al entorno no son un tema menor a la hora de considerar el índice de atropellos: «En nuestro país, según cifras de la Agencia Nacional de Seguridad Vial, mueren más de 620 peatones por año», dice.

Ese organismo contabilizó 5279 víctimas mortales en accidentes de tránsito en todo el país durante 2014: el 11,82% (624 personas) fueron peatones; 63,01% (3326), conductores, y el 25,17% (1329), acompañantes. Para Luchemos por la Vida, sin embargo, el número de peatones fallecidos anualmente asciende a 1500.

Con respecto al estudio realizado por Ovilam, Pons apunta: «Algunas personas dicen «no escucho, pero veo». No son conscientes de que si hay un vehículo en emergencia (ambulancia, bomberos o policía) circulando, por ejemplo, de contramano, ellos no se van a enterar. Hoy, un teléfono con música puede tener más decibeles que la bocina de un tren».

También los conductores

María Cristina Isoba, directora de Investigación y Educación Vial de Luchemos por la Vida, también percibe con preocupación la extensión de esta costumbre: «El crecimiento de esta tendencia abarca también a los conductores, que tienen un muy alto índice de uso del celular: en 2014, el 11% lo hacía mientras manejaba, cifra que en 2007 era del 4%».

Isoba suma un agravante: el aumento del «mensajeo». «Hace unos años, predominaba la llamada telefónica, pero ahora hay que sumarle la lectura y escritura de mensajes: se camina o se conduce a ciegas.»

Destaca que las personas que caminan usando el celular tienden a cruzar la calle más despacio, sin mirar el tránsito circundante ni esperar a que los vehículos se detengan, en una proporción muchísimo mayor que los no usuarios.

Gustavo Brambati, subgerente de Seguridad Vial del Centro de Experimentación y Seguridad Vial (Cesvi) cuenta que realizaron experiencias en entornos controlados, donde al conductor de un vehículo se le hacían preguntas mientras manejaba, a través de un celular con sistema de manos libres. «Eran preguntas triviales o cuentas matemáticas sencillas. Pero en el 90% de los casos, al intentar responder, cometía errores como voltear conos o contestar equivocadamente», señala.

Para Pons, no es cuestión de «combatir la tecnología», sino que hay que trabajar en la educación y en un mayor nivel de concientización. «El aumento en el uso de la tecnología por parte de los peatones es una tendencia a nivel mundial y en otros países ya está regulada: hay ciudades en Japón con sendas especiales para ese tipo de tránsito», ejemplifica.

«El peatón también tiene responsabilidades. Si bien la ley establece que tiene absoluta prioridad de paso, debe moverse de forma defensiva, ser precavido», subraya. «Sin embargo, la sensación de impunidad que tiene al saber que no sufriría ninguna multa ni llamado de atención complementa las conductas temerarias.»

Según Pons, hay mecanismos, como los llamados de atención por parte de las autoridades, que tienen resultados positivos. «Antanas Mockus, ex alcalde de Bogotá, fue un precursor de la condena social», cuenta. «En la CABA, la policía en general no está atenta a los peatones. Pero si el policía que está en una esquina, cuando ve que alguien cruza mal o usando el celular, le pegara un pitazo, sería disuasorio: a nadie le gusta ser reprendido en público.» Y concluye: «A veces no es cuestión de poner una multa, sino de hacer pedagogía».

Consejos para prevenir siniestros

Cruzar siempre por las sendas peatonales. Si no las hay, hacerlo solo por las esquinas.

Respetar los enrejados de las esquinas y los cruces desplazados.

Cruzar cuando el semáforo peatonal lo permita y no cuando el de tránsito indique la detención de los automóviles.

Acostumbrarse a sacarse los auriculares al momento de cruzar la calle.

No utilizar el celular en ninguna de sus formas mientras se está cruzando una calle o avenida. En caso de estar en medio de una conversación telefónica, detenerse apartado de la zona de cruce hasta terminar la misma.

Esperar a cruzar parado sobre la acera.

Los semáforos con cuenta regresiva están programados para cruzar caminando a un paso normal. No intentar hacerlo corriendo o cuando el tiempo ya no lo permite.

No caminar sobre los cordones de las aceras, sobre todo si son angostas.

Cruces peligrosos, una situación cotidiana

Una recorrida por las calles porteñas dejó en evidencia el elevado uso de celulares y auriculares por parte de los peatones

Tres personas que esperan para cruzar se entretienen con aparatos electrónicos en la zona de Puerto Madero.

Los especialistas sostienen que un teléfono con música puede tener más decibeles que la bocina de un tren o la sirena de una ambulancia.

El uso de auriculares es la distracción más frecuente. Luchemos por la Vida concientiza sobre cómo el sentido del oído es vital para moverse en la calle.

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María Ayuso

(fuente: http://www.lanacion.com.ar/1897712-sin-titulo)

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