Una reciente investigación de la Universidad de Madrid demostró que esta bebida contribuye a favorecer el complejo proceso digestivo. Fabricio Portelli brinda su opinión y recomienda cinco etiquetas para disfrutar
Todos los días el ser humano ingiere alimentos de acuerdo a sus hábitos y costumbres. Y si bien hay veces que se pasa del límite y llegan los incómodos malestares estomacales, en general cada cual sabe cuidarse. Lo que pocos saben es que hay productos naturales de consumo diario que favorecen el complejo proceso digestivo.
El cuerpo necesita de muchas cosas para asimilar los alimentos. El aparato digestivo está compuesto por una serie de estructuras que deben funcionar sincronizadamente para cumplir su objetivo. Los órganos (boca, faringe, esófago, estómago e intestino) y las glándulas anexas (órganos que producen sustancias que facilitan el proceso) deben trabajar en equipo. Porque la digestión es la sumatoria de procesos mecánicos (masticación, salivación, etc.) y químicos (segregación de saliva y jugos gástricos) para desmenuzar y emulsionar los alimentos y así puedan circular mejor por el aparato digestivo.
El vino tinto y sus taninos (esa sensación de aspereza que marca la lengua) hacen que el organismo genere saliva, una sustancia fundamental para que los alimentos bien masticados ingresen al organismo debidamente humedecidos. Es decir que no solo las carnes (entre muchos otros manjares cotidianos) se disfrutan más con vino tinto gracias a sus características, sino que también se disfrutan mejor gracias a sus propiedades. Porque las texturas de las tintos limpian la boca y despejan las papilas para seguir sintiendo mejor los sabores, al tiempo que ayudan a segregar las sustancias químicas que el cuerpo solicita para digerir mejor.
Cuanto más complejo sea el alimento, más exigencias habrá a la hora de la digestión.
Esta es otra de las razones por las que se siguen investigando el verdadero alcance de los beneficios del consume moderado de vinos. En una reciente investigación llevada a cabo por científicos de la Universidad Autónoma de Madrid, quedó demostrado que las bacterias presentes en el vino son capaces de adherirse a las paredes del intestino proporcionando efectos beneficiosos como la exclusión de patógenos o bacterias dañinas.
Además, el estudio confirmó que algunas de las propiedades de las bacterias de ácido láctico aisladas de vino, son similares a los pro bióticos de los lácteos, los alimentos de origen vegetal, el pescado y la carne. Y como es sabido, el consumo de pro bióticos sirve para mantener una comunidad saludable de bacterias intestinales, con todos los beneficios a la digestión que ello implica.
(fuente: http://www.infobae.com/2015/07/17/1742397-el-vino-puede-servir-facilitar-la-digestion)