Es el calzado por excelencia que eligen las mujeres. Sin embargo, hay estudios que indican que pueden generar lesiones. Cómo lucirlos sin miedo
Los zapatos de taco alto fueron siempre controversiales y las mujeres que los utilizan -y que viven en carne propia el dolor que producen- fueron históricamente atormentadas por los supuestos efectos a largo plazo de este tipo de calzado. Dos estudios recientes muestran que este «mito» tiene mucho de realidad. Sin embargo, aún no es necesario eliminarlos del guardarropa.
La elección del calzado es determinante en la postura y el movimiento del cuerpo. Por ejemplo, las personas que corren descalzas, tienen más posibilidades de caer con la parte delantera del pie -el metatarso- mientras que las que usan zapatillas de correr, suelen apoyarse en los talones.
Los zapatos de taco alto son, por excelencia, el calzado que más afecta la forma y el funcionamiento del pie. Si bien está claro que los pies y los tobillos de las mujeres que usan zapatos bajos se diferencian de las que usan tacos, los efectos concretos aún no están bien comprendidos.
Aquellos que son en punta, por ejemplo, pueden conducir a una larga lista de problemas en los pies como callos, dedos en martillo, juanetes, fascitis plantar, endurecimiento o reducción del tendón de Aquiles y neuroma o neuritis de Morton, que es una sensación de hormigueo, ardor o adormecimiento entre el tercer y cuarto dedo del pie. Las afecciones pueden producirse también en las piernas y en otras partes del cuerpo, como en la espalda o el cuello.
Además, estos zapatos pueden arruinar la alineación del cuerpo. «Los pies son la base y cuando usas zapatos altos, cambiás tu centro de equilibrio», dice Emily Splichal, podóloga especialista en movimiento humano y autora del libro ‘Everyday is Your Runway: A shoe Lover’s Guide to Healthy Feet & Legs’.
En estos zapatos los pies se deslizan hacia adelante y, según explica la doctora Splichal, el aumento de peso en las puntas de los pies hace que la pelvis se incline hacia adelante y para compensar, el cuerpo va hacia atrás aumentando el arco en la baja espalda, tensionando los lumbares, las caderas y las rodillas. Cuánto más altos los tacos, mayor la tensión.
La Universidad de Alabama en Birmingham, Estados Unidos publicó en el Journal of Foot and Ankle Injuries una nueva investigación que muestra que las lesiones producidas por este calzado se duplicaron entre 2002 y 2012 en ese país. Hubo más de 123 mil emergencias relacionadas con tacos altos durante ese periodo y las más afectadas eran mujeres entre 20 y 29 años. Más del 80% de las lesiones, que iban desde esguinces hasta fracturas, fueron en el tobillo o el pie y las restantes involucraron la rodilla, el tronco, el hombro, la cabeza y el cuello.
«A pesar de que los zapatos altos están a la moda, desde el punto de vista de la salud sería ideal que aquellas personas que quieran usarlos puedan comprender los riesgos y el potencial daño que pueden causar», señala el investigador y médico Gerald McGwin, vicepresidente y profesor del Departamento de Epidemiología de la Escuela de Salud Pública de la Universidad de Alabama en Birmingham.
En ese sentido, otro estudio de la Universidad Hanseo en Corea del Sur publicado este año en la revista International Journal of Clinical Practice, reclutó a un grupo de mujeres estudiantes para azafatas, ya que están obligadas a usar tacos altos en clase de acuerdo al código de vestimenta laboral de las aerolíneas de Corea. Estas mujeres llevan previamente por lo menos un año entero usando zapatos altos, lo que facilita el seguimiento de sus cambios fisiológicos.
Los investigadores llevaron a 10 mujeres jóvenes de cada clase al laboratorio y probaron su equilibrio y la fuerza de sus músculos utilizando máquinas de ejercicio computarizadas.
Los resultados son interesantes porque en comparación con las estudiantes de primer año, que eran las más nuevas en el uso de tacos, las estudiantes de segundo y tercer año mostraron una mayor resistencia en algunos músculos del tobillo, sugiriendo que al principio este calzado conduce a la adaptación y aumento de la fuerza, según explica Jee Yong-Seok, profesor de fisiología del ejercicio en la Universidad de Hanseo, quién dirigió el estudio. Sin embargo, las estudiantes que usaban zapatos altos hace más tiempo mostraron debilitamiento de esos mismos músculos y falta de equilibrio.
«Lo que parece haber sucedido, es que la relación de fuerza que se da en los músculos alrededor del tobillo se desequilibra con los años contribuyendo a la inestabilidad del tobillo y causando problemas de equilibrio hasta finalmente disminuir la fuerza incluso de aquellos músculos que se habían fortalecido al principio», aclara el doctor Yong-Seok.
Para Neil Cronin, profesor de biología en la Universidad de Jyväskylä en Finlandia y estudioso del uso de este tipo de calzado, estos desequilibrios «pueden aumentar el riesgo de lesiones en otros grupos musculares» tanto en las piernas como en el tren superior del cuerpo además de afectar la longitud de los músculos.
Cronin explica que en general el cambio en la longitud es mínimo al caminar, pero con zapatos altos aumenta significativamente el riesgo y la tensión es más fuerte en el tendón que une el músculo con el hueso. Además, resalta que las mujeres que usan tacos durante años desarrollan tanto músculos como tendones más cortos y es por eso que cuando quieren usar zapatos bajos de nuevo, sienten dolor en las plantas y en los gemelos.
Sin embargo, ni Cronin ni el doctor Yong-Seok piden dejar de usarlos.
Consejos para usarlos sin culpa
Muchas mujeres no pueden o no quieren evitarlos por sus códigos de vestimenta laborales o porque simplemente les gusta usarlos. Para eso, algunos consejos de los especialistas que pueden para fortalecer los tobillos y los pies.
-Menos altos y más anchos: Cuanto más bajos los zapatos menor es el daño y de esta manera no se ve alterada la biomecánica de la forma en que se camina, disminuyendo la tensión en la espalda y las caderas. Por su parte, los zapatos anchos brindan un mejor apoyo y afortunadamente están de moda.
-Prestar atención a la postura: «Vos tenés que usar los zapatos, no los zapatos a vos», dice la doctora Splichal. «Sé consciente de cómo se posiciona tu cuerpo y contrarrestá la inclinación de la pelvis, manteniendo una postura neutral, los hombros hacia atrás, el pecho hacia fuera y las rodillas relajadas. Resistí la tentación de caer en la punta del pie distribuyendo el peso de manera uniforme entre los talones y las puntas del pie».
-Cambiar los hábitos: «Cada zapato tiene diferentes puntos de tensión, así que alterná las alturas de tus zapatos durante toda la semana para darle un descanso a tus pies», recomienda Splichal. «Otra buena idea es llevar los tacos en un bolso y caminar con zapatillas hasta llegar a donde tengas que ir». Por su parte, el doctor Cronin sugiere sacarse los zapatos mientras se está sentado ya que su uso, incluso cuando no se está en movimiento puede alterar el reposo de los músculos y los tendones alrededor del tobillo, pudiendo desestabilizar la articulación y aumentando el riesgo de lesiones.
-Buscar suelas más blandas: Las suelas blandas dentro de los zapatos actúan como una especie de amortiguador, disminuyendo el impacto entre el pie y el suelo y reduciendo la tensión en las rodillas. Es importante evitar los zapatos de mala calidad y respetar la regla número uno: no correr con tacos, porque las fuerzas de impacto se concentran sobre una pequeña región del pie provocando dolor.
-Ejercitarse: Para reducir el daño que produce este calzado es necesario fortalecer todos los músculos afectados al caminar: flexibilizar las caderas para mejorar la tolerancia de la tensión, flexibilizar las plantas haciendo rodar una pelota de golf debajo del pie, intentar trazar las letras del abecedario con los dedos en el aire o intentar colocar pequeños objetos en un vaso usando sólo los dedos, por ejemplo.
(fuente: http://www.infobae.com/2015/07/01/1738641-los-tacos-altos-la-mira-son-peligrosos-la-salud)