(f) Adoptan el formato humanoide, están dotados de inteligencia artificial o con la capacidad suficiente como para moverse en diversas situaciones. Ya existen prototipos de soluciones tecnológicas como una prótesis de mano gobernada por un teléfono y un androide que carga mercancía
El CeBIT, la mayor feria tecnológica anual de Europa que se realiza en la ciudad alemana de Hannover, tuvo como ejes centrales la seguridad informática y a los robots, que exhibieron formas humanoides estilizadas y avances en su ofensiva sobre la mano de obra humana.
Unos 230 mil visitantes recorrieron la oferta de 3.400 expositores de 70 países, donde hubo androides con aspecto humano, dotados de inteligencia artificial o con la capacidad suficiente como para moverse en diversas situaciones.
Por ejemplo, hubo prototipos de soluciones tecnológicas incluidas una prótesis de mano gobernada por un teléfono y un robot de carga basado en primates.
El Centro Alemán de Inteligencia Artificial y la Universidad de Bremen presentaron a Charlie, un equipo cuyo diseño se basa en la anatomía del chimpancé.
Tiene una columna vertebral con movimiento como los humanos e, incluso, puede mantener el equilibrio en un punto de apoyo.
Charlie también puede inclinarse de diferentes maneras, compensar su balanceo y adaptarse a superficies de tierra irregulares.
Los sensores en sus pies también permiten saber cuánta presión se puede aplicar cuando se cambia su peso, ya sea mientras esté caminando o solo se mantenga de pie.
Sus desarrolladores afirman que, con un poco de trabajo adicional, Charlie algún día podría ser utilizado para exploración en superficies como la Luna.
Siempre en el tema de superar obstáculos, Touch Bionics mostró esta semana su “i-limb ultra”, una prótesis de mano que puede manejarse inalámbricamente desde un aparato celular.
La ventaja de incluir en su uso al teléfono es que permite a quien la porte elegir entre una amplia selección de apretones automatizados y gestos para ayudarlo a completar las tareas diarias.
Esto incluye movimientos de modo, fuerza y precisión para agarrar objetos pequeños o la posición natural de la mano cuando la persona camina o está en reposo.
Utilizando sus características pulsantes y variabilidad de agarre, el i-limb ultra es la única prótesis de mano con la capacidad de aumentar gradualmente la fuerza de control sobre un objeto tomado.
Esto puede ser muy útil cuando se requiere una comprensión más firme, como atarse los cordones del zapato o sostener una bolsa pesada de forma más segura.
Algunos fueron desarrollos conocidos que ya estuvieron en ediciones anteriores, como Tessy y Tess de Tobit Software, que volvieron a mostrar sus destrezas con un baile en el caño.
Roboy es un robot humanoide diseñado con la apariencia de un niño para ayudar a los enfermos y ancianos.
A diferencia del resto de los androides tradicionales, que tienen motores en sus articulaciones, Roboy posee un tendón impulsado, lo que le permite tener movimientos parecidos a los humanos de forma más fluida.
Se trata del último invento del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Universidad de Zúrich (Suiza).
Amenazas al trabajo humano
Estas demostraciones robóticas son la punta del iceberg de un proceso mucho más profundo, revelado por los investigadores Andrew McAfee y Erik Brynjolfsson, del Centro de Negocios Digitales del famoso Instituto de Tecnología de Massachussets (MIT), en su último libro “The Second Machine Age: Work, Progress and Prosperity in a Time of Brilliant Technologies”.
Un ejemplo citado por McAfee y Brynjolfsson es el coche sin conductor de Google, que captura los datos de muchas variables en movimiento y actúa en consecuencia de inmediato. Hoy las organizaciones más poderosas construyen grandes masas de datos, depósitos gigantes de información, en diversos formatos, para ayudarles a la toma de decisiones y ofrecer nuevos servicios a sus clientes.
Pero los autores del estudio advierten que una derivada de este avance es la robotización del trabajo, que puede convertir en innecesaria la mano de obra humana en muchas actividades.
Brynjolfsson y McAfee afirmó la primera oleada tecnológica, la de las PC, desplazó a los trabajadores, no los reemplazó.
Por ejemplo, los cajeros automáticos tomaron las tareas de los cajeros de banco, el software de procesamiento de textos eliminó la necesidad de los mecanógrafos, la tecnología de voz reemplazó a los telefonistas, el software de contabilidad y logística se ha hecho cargo de los contadores, y la edición electrónica ocupó el puesto de los tipógrafos.
Pero estos cambios también incrementaron la demanda de los servicios afectados, y se compensaron así las pérdidas de empleo asociados a la automatización.
Según datos de la Oficina de Estadísticas Laborales, hay más cajeros de bancos ahora que antes de los cajeros automáticos.
Esto se debe a que el número de sucursales bancarias aumentó en forma dramática. Pero en otros casos los trabajadores tuvieron que desplazarse a diferentes ocupaciones. Por ejemplo, hay menos telefonistas, pero más recepcionistas. Hay muchos menos tipógrafos hoy, pero muchos más diseñadores gráficos.
Los investigadores Carl Frey y Michael Osborne de la Universidad de Oxford concluyeron que el 47% de los empleos en EE.UU. se encuentran en un alto riesgo de automatización.
Durante las próximas décadas, la mayoría de los trabajadores en labores de transporte y de logística, conjuntamente con la mayor parte del personal de oficina y de apoyo administrativo, y empleos en tareas de producción, son susceptibles de ser sustituidos por el capital informático.
Además, la informatización reemplazará principalmente aquellos trabajos de baja cualificación y de bajos salarios en el futuro cercano. Y hacia ellos apuntan los robots, como los expuestos en el CeBIT.
(fuente: IProfesional.com – 18/3/14)