(f) Se aleja el consumidor compulsivo: los argentinos hoy se preguntan si un producto es necesario antes de comprarlo
Con insuficiente dinero en sus bolsillos por convenios salariales que quedan por debajo de la inflación, los compradores comienzan a «pensarlo» dos veces a la hora de «darse sus gustos» en el shopping y se vuelven más selectivos en el super. Expertos evalúan la situación a mitad de año
La inflación es uno de los temas que más preocupa a los argentinos en su manejo cotidiano de la billetera.
Los precios cada vez más elevados de los productos son un problema que hace que, pese a la insistencia del Gobierno por apostar al peso, los billetes de 100 de la moneda local, vayan perdiendo su valor a la hora de «llenar el changuito».
Además, en este panorama, un dato también resulta desalentador: los convenios salariales que fueron cerrados están por debajo de la inflación que se espera para 2012.
Por otra parte, el atraso generalizado de las paritarias -estando ya a mitad de año- genera un efecto de «bolsillo» vacío, ya que la inflación no espera y los productos de góndola llegan a precios exorbitantes.
Ante este escenario, los argentinos se ven obligados por la situación a modificar algunos de sus hábitos y a resignar determinados consumos, situación que era impensable a lo largo de todo el año pasado.
De hecho, un indicador parece claro: en sus visitas al shopping, los argentinos comienzan a pensarlo dos veces antes de darse ciertos «gustitos».
Es que las compras que se vinculan con bienes que no son de primera necesidad empiezan a sufrir una considerable merma y, como explicó Adrián Kittner, de E-Consultora a iProfesional.com, «hoy la gente gasta un porcentaje mensual mucho menor».
Y si bien a fines de 2011 los expertos ya pronosticaban para este año una desaceleración en el consumo, el panorama parece al día de hoy peor de lo que se anunciaba en ese momento.
Por otra parte, los especialistas coinciden en que, si no se modifican algunos factores que afectan a los hábitos de compra de los argentinos, en el segundo semestre los resultados serán similares a lo que puede percibirse hoy.
En este sentido, Guillermo Oliveto, director de W Consultora, explicó que la «canilla» del consumo, sufrió fuertes alteraciones entre el año pasado y lo que va de 2012.
«Hay una temperatura no fría, pero sí tibia y con tendencia a enfriarse», destacó el experto sobre este punto.
Frente a este escenario, una pregunta se vuelve inevitable: ¿cuáles son los cambios que se pueden percibir en el comportamiento de los argentinos?
Un dato en este sentido tiene que ver con que algunos de los «gustitos» que los consumidores no querían resignar el año pasado, hoy pasan a un segundo plano, frente a las compras más necesarias.
La profecía de la desaceleración y la caída en los shoppings
Para ponerlo en términos gráficos, lo que los expertos describen es una imagen no muy optimista del nivel de compra actual de los argentinos.
Consultado por iProfesional.com sobre el tema, Oliveto enfatizó: «Se está registrando la peor foto que se le puede sacar al mercado. La gente no tiene el aumento de salario en la mano».
Y agregó que «las paritarias están atrasadas y la economía viene creciendo menos».
Todos estos aspectos, explicó, impulsaron a generar un freno en el ritmo de compras.
De hecho, advirtió que, en lo que se refiere al consumo, «este semestre arrancó por debajo de lo que se pronosticaba. Se esperaba que creciera al 4% y hoy está lo está haciendo al 3%».
De acuerdo con Oliveto, un primer indicador de los efectos de este suceso se puede percibir en la frecuencia con la que se llevan a cabo determinados actos de compra.
Y, en este punto, los argentinos parecen deshacerse con más facilidad de su hábito de ir en busca de «pichas» nuevas y de sus tentaciones tecnológicas.
Particularmente, apuntó que «las compras de ropa y electro de la gente se vuelven cada vez más espaciadas».
En esta dirección, Mariano Lamothe, economista jefe de la consultora Abeceb, agregó que «los shoppings tuvieron una caída importante durante el primer trimestre del año».
Sin embargo, también hay que destacar no todos los rubros se vieron afectados de igual manera.
Por eso, el especialista indicó que, particularmente, «hubo una mayor caída en indumentaria».
La pregunta que vuelve y el adiós al consumidor compulsivo
De la mano de un consumo más retraído, en el día a día de los argentinos también muestran modificaciones en la administración de su dinero.
La mayor parte de ellas están vinculadas con una actitud más cauta y analítica a la hora de ir de compras.
En este sentido, Oliveto resumió a iProfesional.com que lo que ocurre es que del consumidor «compulsivo oportunista», cada vez más se impone el segundo término, quedando atrás el comprador que se hacía de productos de manera casi impulsiva.
Además, el experto destacó que, después de varios años en los que el nivel de gastos mantenía niveles altísimos, hoy se impone una pregunta.
«Hoy en el consumidor -cuando está frente a un producto- volvió a aparecer una pregunta: ‘¿es necesario?'», afirmó.
Es que, como ilustró el especialista, la compra en general funciona a partir de dos motores:
• La necesidad.
• El deseo.
Una de las consecuencias de la desaceleración del consumo es que actuó justamente alterando el orden de estos factores.
Por eso, Oliveto indicó que «la gente en 2010, a la hora de comprar, se movía por el deseo».
En cambio, describió, hoy parece pesar más el primer aspecto: «Actualmente, ante la situación de las variables macro, la gente se plantea más el por qué y empieza a pensar en términos de necesidad».
Por su parte, desde E-Consultora, Kittner definió a este nuevo tipo de consumidor como más «racional» y explicó que hoy comienza a percibirse un estilo de compra «más pensada», que se aleja del gasto desenfrenado de 2010 y 2011.
Y, en las visitas al supermercado, esto puede advertirse en el hecho de que los compradores realizan una puntillosa selección de los productos que van a meter en el changuito.
Por ejemplo, detalló el experto, «lo que se elimina son los bienes más prescindibles y la gente en las góndolas empieza a pensar dos veces qué lleva puntualmente».
Las primeras que quedan por fuera del carrito son aquellas «tentaciones» o «pequeños placeres», que lejos quedan de lo que se considera de primera necesidad.
«Se empiezan a resignar los productos estrella en el súper», apuntó Kittner y ejemplificó que «esto sucede con ciertos quesos saborizados, que los argentinos compraban para darse un gusto».
Descuentos del 40%, para retener a compradores más cautos
De la mano de un consumidor más cauto, las marcas y empresas también deben replantearse la estrategia.
Por eso, y a raíz de esta situación, se ven en la necesidad de incentivar a los argentinos a seguir comprando, a pesar de que el escenario no ayude.
A fines de 2011 se podía advertir una merma en ciertas rebajas, consecuencia de la intención de algunas de las empresas de dar un paso al costado en su política de promociones.
No obstante, la presión de los consumidores -engolosinados por los descuentos- y la importante competencia en el «tablero» obligó a quienes tenían intenciones de retirar sus rebajas a volver al ruedo.
«Hubo jugadores que querían salirse del esquema de promociones y no pudieron», señaló Oliveto sobre este tema.
Y, si bien durante el año pasado las ofertas y descuentos ya venían funcionando a modo de «anabólicos», hoy este tipo de acciones alcanzan porcentajes muy fuertes – como es el caso de las «promos» del día del padre que, en algunos casos, llegan hasta el 40% de ahorro-.
Lamothe indicó, en este punto, que «los descuentos son mucho más altos que los del 2011».
Y agregó que otra característica de las rebajas actuales es que, si bien la oferta es mayor, son «más segmentadas», siendo las más altas dirigidas solamente a los clientes que cuenten con plásticos «vip» o «Premium».
Pero hoy, además de un aumento de los porcentajes de estos descuentos, también tiene lugar un fenómeno vinculado con su funcionalidad.
Es que, en este contexto macroeconómico, se vuelven aún más imprescindibles y hasta cambia su status.
De hecho, los expertos consultados por iProfesional.com advirtieron que este tipo de campañas ya no actúa solamente como una forma de incentivo a la compra.
Ahora, a través de estos mecanismos, los negocios y shoppings buscan «retener» a un consumidor con menos dinero en sus bolsillos.
Es que, después de dos años de funcionar como un acompañamiento de la «fiesta de consumo», sostuvo Lamothe, «los descuentos vuelven a cumplir el rol que tuvieron en 2009: hacer que los locales puedan mantener sus niveles de venta».
Por su parte, Oliveto señaló que «en el último mes, retornaron con violencia los descuentos». Y aclaró que «estas rebajas operan como una especie de anti cíclicos».
Es que, actualmente entre los argentinos, explicó el experto, «hay más austeridad. Por eso, hacen falta más ‘dosis’ de estos anabólicos del consumo».
La incertidumbre sobre el panorama económico, un obstáculo para seguir comprando
El consumo interno funcionó desde los comienzos de la «economía K» como una especie de «caballito de batalla», reconocido e incentivado en los mismos discursos de la Presidente.
Sin embargo, algo que señalan los expertos es que el «silencio» oficial sobre ciertas medidas económicas, suele generar el efecto contrario al que el mismo Ejecutivo busca: actúa como un obstáculo para la compra.
En este punto, Lamothe advirtió que «por los errores de política económica se generó una especie de incertidumbre» y explicó que esta «falta de información influye también en las decisiones de consumo».
Y si bien el fantasma del desempleo no es hasta el momento una preocupación que afecte a la mayor parte de los argentinos, la caída de la rentabilidad de algunos sectores de la industria genera una cierta inestabilidad en determinados segmentos de la población.
Por eso, Oliveto mencionó a iProfesional.com que hoy hay una cierta «incertidumbre por el impacto que las medidas económicas vinculadas con las importaciones pueden tener sobre el empleo».
De aquí a fin de año
Consultados por este medio acerca de lo que se espera que ocurra con el consumo de aquí a fin de año, los expertos no arriesgaron resultados, pero sí advirtieron que si las condiciones económicas no cambian, el panorama puede no ser muy alentador para los gastos de los argentinos.
En este sentido, Kittner aclaró que, para saber qué ocurrirá en el segundo semestre, «hay que ver qué pasa sobre todo a nivel macro».
Por su parte, Oliveto anticipó que el nivel del consumo de este año «no será el de 2010 ni el de 2011», y concluyó: «Esperemos que no sea como en 2009».
(fuente: IProfesional.com- Por Guadalupe Piñeiro Michel-13/6/12)