Las empresas están obligadas a brindar experiencias de calidad a sus clientes y también a sus empleados, que son potencialmente sus mejores “brand ambassadors”.
Sin embargo, y aunque el engagement de los empleados es de vital importancia para las compañías, hay decenas de obstáculos que se interponen entre las empresas y el anhelado “employee engagement”.
Según un reciente estudio de la consultora Deloitte, el 80% de las empresas califica de “muy importante” el engagement de su plantilla, pero paradójicamente sólo el 22% se jacta de agasajar a sus empleados con una experiencia suficientemente buena y diferenciada. Y no sólo eso. El 60% de las compañías confiesa no contar con suficientes recursos para estimular el engagement apropiadamente de los trabajadores.
Para dar fuelle al engagement dentro de su organización, Deloitte recomienda a las compañías alentar el trabajo de carácter positivo y en sintonía con los valores de la propia empresa, el desarrollo y crecimiento profesional de los empleados, las recompensas (no necesariamente económicas) y el bienestar, la justicia y la inclusión, y la autenticidad por parte de los líderes.
Teniendo en cuenta la extensa pléyade de aplicaciones tecnológicas que hay hoy en día para espolear la productividad, el engagement, el bienestar y el “feedback” por parte de los trabajadores, las compañías lo tienen actualmente más fácil que nunca para robustecer el “employee engagement”. Es sólo cuestión de asignar el dinero y los recursos adecuados con la vista puesta en proporcionar a la plantilla una experiencia verdaderamente óptima, asegura Deloitte en su informe.
Antaño las empresas ponían siempre en un segundo plano las experiencias de sus empleados, pero va siendo hora de que les cedan el primer puesto en su escala de prioridades porque los beneficiados serán en último término los consumidores. Y si los trabajadores son felices, estos terminarán contagiando del virus de la felicidad también a los consumidores.
Fuente: Marketing directo.