Desde los torneos regionales al TNA, la historia de una familia vinculada al éxito de Parque Sur en el básquet nacional. Dirigente, técnico y jugador unidos por apellido, pasión y amor por la camiseta.
Por David Ferrara
No son pocas las ocasiones en las que en el deporte se habla de familia, quizás de manera trivial, tratando de convencer y convencerse de haber generado vínculos más profundos que el de un grupo afianzado, como si esto solo no fuera de por sí todo un éxito. Pero sí son escasos los verdaderos lazos de sangre, o las ataduras sentimentales que hacen resignar cosas para no estafar al corazón, evitar fallarle al alma y poder mirar a los ojos sin temores ni arrepentimientos. Es irrebatible que el mundo del deporte profesional no es terreno fértil para que esto ocurra, y por eso las excepciones están rodeadas de un halo de romanticismo que se halla sólo en los simples detalles, en las decisiones que se toman sin la burocracia del razonamiento.
Por eso cuando en 2013 René Richard insistía para que a pesar de las dificultades económicas Parque Sur jugara la Liga Provincial de Entre Ríos y sólo recibía negativas, fue su hermano Pato el que confió y dio el visto bueno para intentar comenzar el camino hacia algo mejor.
Por eso cuando la fase regular se terminaba y el equipo bueno y barato del Puerto Viejo encaraba la utopía de derrumbar candidatos, fue Agustín Richard el que dejó el TNA para retornar a casa. El sobrino del DT René, el hijo del dirigente Pato, terminó en lo más alto de la “jirafa”, apoyado en el aro y con la red rodeando su cuello tras superar a Olimpia de Paraná y concretar el boleto al Federal. Familia. Familia de verdad.
“Era un año complicado para el club. Gracias a Dios tenemos dirigentes como Marita Oliver, como mi hermano y como Luis Pinilla que fueron los que apuntalaron el básquet y tomaron la posta en ese momento. Yo tuve que formar un equipo que jugara por la camiseta. Fue difícil, fui hablando con muchachos que habían dejado la actividad y me dieron una mano muy grande por lo que yo les había brindado como entrenador. Se dio justo que Agustín volvía al club en un momento clave, junto al Negro Benavídez, Pablo Bouchet, Gabriel Dantas, Martín Franzolini, Sebastián Gómez, Facundo Bianchi, Christian Bertochini y Juan Varas. Christian siempre jugó por la camiseta pudiendo ganar más dinero en cualquier otro equipo. Y Juan venía cortado por una enfermedad desde Rocamora, pero haciéndose controles pudo jugar.
Pudimos formar ese equipo que entendió la filosofía del club, que se contagió del amor de la gente y que ascendió. Agradezco a esos dirigentes y a esos jugadores que hicieron posible ese paso y por ende que lleguemos a lo que estamos viviendo hoy”, relata René Richard, ex jugador de Parque Sur y entrenador de la institución desde hace 27 años. Y lo que están viviendo hoy es nada más y nada menos que verse en los primeros puestos de la Conferencia Sur del Torneo Nacional de Ascenso. Un equipo de barrio, una familia. Pero familia de verdad.
“Por ser campeones, la provincia nos ayudó. Sin empeñar el club, con los pies en la tierra armamos un equipo para el Federal con jugadores que querían mostrarse. No fue dolorosa la salida de los muchachos que lograron el ascenso porque ellos no podían encarar el triple turno que yo quería entrenar. Fuimos aprendiendo y estuvimos cerca de los cuartos de final, cumplimos con la expectativa de los dirigentes y de la gente, que es nuestro patrimonio. Hay muy pocos equipos que tienen la chance de su gente llene la cancha. Y eso hay que cuidarlo”, recalca el entrenador, que fue por más y en la segunda campaña en el Federal concretó la sorpresa: “Se creció a nivel institucional, cuidando lo económico pero compitiendo de igual a igual. Nos respetaban mucho. El equipo fue ganando en personalidad, rompimos todos los obstáculos en playoffs y nos encontramos con la definición en Salta, llevando mucho público como visitante y generando lo que fue una fiesta en los partidos que tuvimos como locales después y en lo que logramos ascender. Allí la cancha estuvo llena, con mucha gente de todo Entre Ríos”.
La cúspide fue el título que se concretó en Carmen de Patagones con triunfos agónicos ante el local Atenas y frente a Olimpo de Bahía Blanca (había superado a Hindú). Hoy todos comparten categoría y memorias.
Agustín Richard, Brian Díaz, Gastón Sieiro, Facundo Carulla, Gabriel Meriano, Sebastián Bernasconi, Matías Novello, Ariel Hilenbrand, Damián Vagge, Federico Lorca y Marcos Van Opstal se anotaron para siempre en la historia de Parque Sur.
“Es algo muy especial para mí. Respeto mucho a los jugadores y a la camiseta. Hace 27 años que trabajo en Parque Sur y fue el cierre de una ilusión que traía como formador”, se emociona René, quien le dedica un párrafo al presente: “El TNA es mucho para nosotros. Crecimos y estamos otra vez a la altura de los acontecimientos. Siempre con respeto pero tratando de que nuestra camiseta se traspire se juegue donde se juegue. Veo como trabajan Juan (Kass, asistente) y Martín (Pinilla, PF). Veo a la gente que disfruta y que viene a ver a chicos que conoce de toda la vida como Elnes y Agustín. Todos son del club, tienen su familia en el club”.
El menor de los Richard aporta su mirada e intenta explicar por qué incluso bajó de categoría para buscar la gloria con Parque Sur: “Es un club de barrio, están mi abuelos, mis tíos, la familia completa, mamá y papá son fanáticos. Mi abuelo fue presidente. Mis hermanos nos siguen siempre. Es un ambiente muy lindo, muy familiar. Dejo todo por el club, bajé del TNA para jugar por esas personas especiales que me lo pidieron. Gracias a Dios estuve en los dos ascensos y hoy tengo la oportunidad de seguir vistiendo la camiseta y defendiendo los colores que más quiero”.
Agustín es el talismán del equipo. “Estaba en Rocamora en 2012/13 y volví al club en el cierre de la fase regular, salimos campeones y ascendimos. En la segunda temporada del Federal me sumé desde el inicio y subimos al TNA”, se entusiasma quien la pasada campaña se dio el gusto de compartir perímetro con Felipe Pais, otro valor que salió de las inferiores de Parque Sur.
“La idea de René era poder contar con los tres jugadores que fueron la base de las inferiores campeonas de Parque Sur y tenerlos juntos otra vez. El año pasado pudieron estar Agustín y Felipe, y este año se sumó Elnes Bolling pero no pudimos llegar a un acuerdo con Felipe”, analiza el dirigente Luis Pinilla, quien entiende que las reglas del mercado a veces superan lo que su institución puede pagar.
Tras sus años en San Luis y el inicio de su carrera profesional, Bolling pisó otra vez el Gigante del Sur y se reencontró con sus afectos. “Volver al club en el que me crié es algo impagable. En lo que es mi corta carrera jamás imaginé retornar tan rápido y en la segunda categoría del básquet argentino. Estoy feliz por lo que creció la institución. Puedo jugar en la cancha en la que pasaba horas y horas todos los días, reencontrarme con la gente que veía en esa época. Veo el amor que le tienen al club y es el mismo que siempre tuve incluso estando afuera”, se emociona Bolling, quien expresa todo su afecto y admiración por su DT y su compañero: “René se merecía esta oportunidad, vi un crecimiento enorme de él como entrenador. Me alegra y espero que siga el camino porque sabe mucho y tiene intenciones de crecer. Y Agustín es como un hermano para mí. Me abrió la puerta de su casa desde chico tanto él como su familia. Estoy feliz de compartir cancha con él y me hubiese gustad también estar con Felipe”.
La hinchada de Parque Sur es muy peculiar, fiel, seguidora y ruidosa. Nunca pasarán desapercibidos y el clima se hace recíproco, alimentando hinchada a jugadores y jugadores a hinchada. “Es impagable jugar con esa gente alentando todo el partido. Es increíble el afecto tanto en el club como en la calle, no sólo lo digo yo, sino los demás chicos que no crecieron acá”, explica Bolling y lo refrendan las palabras de Guido Mariani, rosarino que desde hace dos años se sumó a esta locura: “Llegué en un momento de euforia, hay notable expectativa e ilusión. Es un club de familia, de barrio, muy pasional, siente mucho el deporte, especialmente el básquet, tiene una hinchada tremenda que alienta todo el tiempo de local y visitante. Nos genera un plus a nosotros”.
“Hacen mucho esfuerzo para poder jugar, a pulmón pero logran con creces estar a la altura, debemos ser el presupuesto más bajo, pero los jugadores tratamos de retribuir todo lo que nos dan, siempre me trataron excelente”, agrega Mariani.
Y Pato Richard, aquel que fue uno de los que dio el espaldarazo para intentar ese primer paso de la Liga Provincial, también es el que aporta un detalle sobre el futuro: “Se buscó armar un equipo joven, que pueda permanecer en el club varias temporadas y los chicos encontraron su lugar. Estamos en un lugar impensando y la alegría es inmensa. Parece increíble en apenas cuatro años….”
Un apellido, un club, una familia. Una demostración de afecto permanente que avanza burlando límites y preconceptos. Con inteligencia, prudencia, pero mucho amor, Parque Sur escribe su historia.
*David Ferrara fue productor periodístico de las transmisiones televisivas del Torneo Nacional de Ascenso durante diez años. Periodista del diario El Ciudadano de Rosario. Docente en Tea Rosario y en Ieserh Rosario. En Twitter @davidferrara35
Fuente: http://www.laliganacional.com.ar/tna/page/noticias/id/11738/title/Lazos-de-sangre