Recientemente se lanzaron los resultados 2016 del Índice de Progreso Social, un estudio -impulsado por la organización Social Progress Imperative en alianza con la Fundación Avina, Skoll Foundation y el grupo Deloitte– que analiza anualmente la eficacia de los países para transformar crecimiento económico en bienestar para sus habitantes. Los primeros hallazgos de este reporte confirman -una vez más- que la capacidad de generar riqueza económica es un ingrediente indispensable pero no suficiente para generar progreso. Así, países con valores de PIB per cápita modestos, como Costa Rica o Uruguay, tienen un desempeño muy superior a otros como Emiratos Árabes, Israel o Rusia, cuyos PIBs son hasta dos o 3 veces más altos. Algunos factores que podrían estar vinculados al progreso social de las naciones son instituciones sólidas, bajos índices de corrupción, educación superior de calidad y buen nivel de competitividad país, entre otros.
Lo primero que nos confirma el Índice de Progreso Social 2016 es que, más allá de un cierto punto, los ingresos económicos de la población no garantizan bienestar. De la lista de los 10 países con mayor PIB per cápita del mundo, solo 2 de ellos ocupan lugares relevantes en el ranking del progreso social, a saber: Suiza con un PIB de USD 60.535,2 por persona se ubica en el 5° lugar del ranking IPS, y Noruega, que con sus USD 61.471,6 per cápita obtiene el 7° puesto. Kuwait, como ejemplo de lo contario, con un PIB de USD 71.312,1 solo alcanza la posición 45° en el ranking mundial.
Por otra parte, si hacemos un ranking del PIB per cápita de todos los países del mundo podemos ver qué países con muy altos ingresos per cápita, como Estados Unidos (PIB: 5°, IPS:19°) o Arabia Saudita (PIB: 6°, IPS: 65°), se ubican en una posición relativa inferior cuando se trata del Índice de Progreso Social, mostrando un nivel de eficacia menor al de otros países que presentan un PIB per cápita más bajo y un progreso social comparativamente más alto, como Portugal (PIB: 31°, IPS: 21°) o Estonia (PIB: 29°, IPS: 23°).
El progreso social en los países de Latinoamérica
En general, la mayoría de los países de Latinoamérica califican muy cerca de la media mundial, en una franja comprendida entre las calificaciones 56,00 y 75,99 en la que se ubica también la mitad de los países del mundo. Solo escapan de este grupo los 3 países mejor posicionados: Chile (25°, IPS: 82,12), y Uruguay y Costa Rica (ambos compartiendo la posición 28°, IPS: 80,12). En tanto que los países peor posicionados son Venezuela (81°, IPS: 62,60), Guatemala (87°, IPS: 61,68) y Honduras (90°, IPS: 60,64).
Comparando Progreso Social vs. PIB per cápita, destacan especialmente Costa Rica (PIB: 59°, IPS: 28°) y Perú (PIB: 68°, IPS: 49°). Guatemala y Venezuela, por otra parte, son los dos únicos países cuyo progreso social se sitúa por debajo de sus ingresos per cápita, y por lo tanto se pueden considerar ineficaces en transformar crecimiento en bienestar.
El progreso social de la Región
Respecto de la región en su conjunto, si ponderamos los resultados de todos los países respecto de sus poblaciones, Latinoamérica obtiene una calificación de 70,60 en progreso social, consistentemente por encima de la media mundial (62,88) y con un valor similar al progreso social de Colombia (70,85) que se ubica en posición 48° del ranking.
Desagregando por componente, la Región califica 76,62 en Necesidades Básicas Humanas, 75,95 en Bases para el Bienestar, y 59,23 en Oportunidades. Las áreas concretas donde mejor califica Latinoamérica son: a) Nutrición y salud básica: 95,46, b) Acceso a conocimiento básico: 92,36, y c) Acceso a agua y saneamiento: 85,85, que fueron áreas priorizadas por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Las que peor califica son: x) Tolerancia e inclusión: 58,62, y) Seguridad personal: 52,01, y z) Acceso a educación avanzada: 47,38.
Progreso Social y los factores que lo condicionan
Resultaría audaz y poco acertado tratar de justificar el éxito (respecto del progreso social) de unos países en comparación a otros, pues las diferencias históricas, culturales, demográficas y geográficas (por citar cuatro de las diferencias más obvias) hacen de cada nación sea única e imposible de comparar. Sin embargo, si revisamos los resultados de otros índices globales es posible encontrar ciertas correlaciones que podrían señalar claves comunes para la eficacia o ineficacia de las naciones a la hora de entregar progreso social a sus habitantes. A continuación, ofrecemos un gráfico interactivo que sitúa a los países latinoamericanos en un plano cartesiano formado por el nivel de su progreso social y su PIB per cápita a poder de paridad de compra, y que utiliza escalas de colores para indicar su nivel de éxito o fracaso en otros rankings, como el Índice de Desarrollo Humano del PNUD, el Índice de Percepción de la Corrupción de Transparencia Internacional, o el Índice de Competitividad Global del World Economic Forum, entre otros[1].
Aplicando el Índice de Progreso Social
El Índice de progreso social es más que una simple herramienta de medición. Fue concebido con el propósito de ofrecer una guía para el desarrollo de las naciones; para facilitar la toma de decisiones acerca de qué políticas públicas se pueden aplicar para asegurar los mayores beneficios sociales con la menor cantidad de recursos posibles. Este es el caso de Paraguay, donde el gobierno se comprometió en 2014 a adoptar el Índice de Progreso Social como la guía para medir el desempeño nacional, usándolo para evaluar las necesidades sociales de sus ciudadanos, y para informar y monitorear las decisiones de gasto e inversión social.
Un caso similar -a escala estatal- se produjo en la región amazónica de Brasil. Allí, el Índice de Progreso Social en la Amazonia brasileña comenzó como una iniciativa de Imazon (Instituto del Hombre y Medio Ambiente de la Amazonia), que, con el apoyo de Avina, identificó a esta herramienta como un medio para evaluar la situación de la sociedad que habita la región amazónica. El IPS Amazonas utiliza el mismo método estadístico del IPS a nivel mundial y responde a las mismas cuestiones fundamentales existentes, pero se diferencia porque adopta solo los indicadores que reflejan la realidad social de este territorio, que es muy muy particular. El IPS de la Amazonia brasileña evalúa a sus 772 municipios individualmente. Las publicaciones pueden ser revisadas aquí.
Algo similar sucede con el IPS Ciudades, surgido en septiembre de 2015 en base a la Red de Ciudades Cómo Vamos de Colombia. Utilizando la información histórica de dicha Red (que lleva más de una década recabando datos sobre los indicadores de sustentabilidad de las ciudades) presenta información comparada para las 10 ciudades principales del país, en las que habita -en su conjunto- el 40% de los colombianos. La Red de Ciudades ya ha emitido su primer informe respecto de sus resultados en el IPS, que puede ser descargado aquí.
El desafío de transitar del análisis a la acción
Sin dudas, el IPS puede ayudar a transformar la realidad de los países latinoamericanos de forma eficaz y eficiente si es entendido y aplicado como una herramienta para orientar la acción. Por este motivo, y con la intención de capitalizar la experiencia y los aprendizajes de estos 3 años de trabajo, laFundación Avina y la Social Progress Imperative invitan a participar del webinar Índice de Progreso Social 2016: El desafío de transitar del análisis a la acción, a realizarse el jueves 28 de julio a las 14:00 hs de Argentina.
En este webinar Juan Cristobal Birbuet, Director en Fundación Avina responsable por el posicionamiento del IPS para América del Sur, presentará los principales resultados de la edición 2016 para la Región. Así mismo, se contará con la participación de varios expertos y referentes en la temática, que ofrecerán sus perspectivas en relación a la aplicación práctica del IPS para mejorar la calidad de vida de los latinoamericanos.
Los expositores incluyen a Jose R. Molinas, Ministro de la Secretaría de Técnica de Planificación del Desarrollo Económico y Social de Paraguay, quien hablará sobre el uso del IPS como herramienta para la selección y aplicación de las políticas públicas de Estado en ese país; Pedro Massa, Director de Valor Compartido de Coca Cola Brasil, comentando acerca de la participación del sector privado en la adecuación y uso del IPS para tomar decisiones y monitorear el desarrollo social en la región amazónica; y Angela Escallon, Directora Ejecutiva de la Fundación Corona de Colombia, presentando la experiencia de la aplicación del IPS desde la Sociedad Civil para medir el desempeño social en las ciudades colombianas.
(fuente: http://www.avina.net/avina/incontext-81-indice-de-progreso-social-2016-una-herramienta-para-construir-desarrollo-sostenible/)