Consejos para que los padres fomenten el esfuerzo y la fuerza de voluntad en sus hijos
Algunas de las carencias que se observan en las nuevas generaciones son la fuerza de voluntad y el esfuerzo. Habitulamente se escuchan mensajes sobre la importancia de esforzarse para conseguir las metas propuestas en la vida. Sin embargo la sociedad del consumo y el en bienestar en la que vivimos transmite ideas subliminales en sentido contrario.
Los mensajes que recibimos nos invitan a pensar en que la calidad de vida se puede conseguir sin trabajo, de ahí que los niños crezcan sin desarrollar la capacidad del esfuerzo que les ayuda a afrontar los retos y las dificultades que plantea la vida. Por eso, Aurora de la iglesa de ‘Tv para padres’ nos explica la importancia de fomentar y motivar a los niños al esfuerzo y al trabajo.
Convertir el esfuerzo en un hábito para los niños
Hoy más que nunca es necesario fomentar la capacidad de autocontrol de los niños para que sean capaces de soportar los esfuerzos que exige la vida en sociedad. Muchos padres se equivocan cuando alejan a sus hijos de la dificultades que ellos tuvieron que superar en su infancia. Esto conduce a la sobreprotección y a ofrecerles una vida cómoda donde se lo den todo hecho, provocando que en el futuro se conviertan en adultos inseguros y caprichosos.
La fuerza de voluntad y el esfuerzo se deben entrenar día a día convirtiendo los comportamientos en hábitos, lo que hará que disminuya notablemente la sensación de esfuerzo. Cuando el niño es capaz de comprender por qué debe hacer algo y siente motivación para hacerlo, el hábito del trabajo y el esfuerzo se convierte en un valor positivo para él que le llenará de orgullo en el futuro.
Tampoco hay que caer en el error de la exigencia por imposición. Los padres deben exigir a los hijos pero sin obligar o imponer. A través de una exigencia adecuada, los padres pueden despertar la capacidad de trabajo y esfuerzo en el niño estimulando al mismo tiempo valores como la fuerza de voluntad, la constancia, la responsabilidad o la perseverancia.
Si el niño es capaz de comprenderlo, la exigencia se convierte en motivación, sin embargo, la imposición de una exigencia del adulto o la amenaza y el miedo a las consecuencias del incumplimiento no generan motivación alguna para el niño ni promueven su disposición para esforzarse. Los padres deben acompañar y ayudar al niño en su aprendizaje, de ahí que los padres deben ser los primeros en educar con el ejemplo.
(fuente: http://www.guiainfantil.com/articulos/ocio/poesias/como-motivar-al-nino-en-el-trabajo-y-el-esfuerzo/)