Este régimen consiste en una dieta basada en vegetales, pero sin renunciar del todo a la carne. Cómo los jóvenes sub-30 generaron una propuesta alternativa, que busca cuidar tanto a la salud como al medio ambiente
El flexitarianismo es una forma de adoptar una dieta vegetariana con consumo ocasional de carne
La primera aparición real del vegetarianismo en el mundo como una corriente alimenticia en sí misma fue en 1971 cuando Frances Moore Lappé, una reconocida activista de la comida saludable, publicó su libroDieta para un pequeño planeta. Allí, explicaba que las dietas basadas en carne podían ser perjudiciales para el planeta y el organismo, y describía las diferentes maneras posibles para reducir el desperdicio de alimentos para reforzar la sustentabilidad. Sus ideas no se tomaron en consideración en ese momento. Lappé estaba adelantada a su tiempo.
Después de 45 años estas cuestiones resurgieron y atraen a tantos seguidores como preocupan a muchos expertos. Las ideas de Lappé ahora se «reciclan» gracias a una nueva oleada de ciudadanos preocupados -especialmente Millennials-, que recurren a una alimentación libre de carnes rojas con el objetivo de proteger tanto su salud como el medio ambiente. Pero, esta vez, el impulso de este movimiento puede ser lo suficientemente fuerte como para lograr algunos cambios.
Lappé escribió su famoso libro a los 27 años y si hoy tuviera esa edad sería considerada una más de la generación Y, reconocida por su conciencia social con respecto al medio ambiente. Son, además, los jóvenes sub-30 que con sus hábitos de consumo están cambiando los productos que se venden en los supermercados y que ofrecen los restaurantes. Han hecho disparar las ventas de ciertos productos, otrora marginales, tales como hamburguesas hechas de vegetales o leche de almendras. Por este motivo el número de lanzamientos de nuevos productos vegetarianos se ha duplicado en los últimos cinco años.
La tendencia a evitar la carne, además, se produce en un momento en que las personas tomaron conciencia de que la producción de carne requiere niveles insostenibles de agua, tierra y energía. El consumo anual de carne por persona ha caído un 15 por ciento en los últimos 10 años, y ha aumentado por otro lado el consumo de carne orgánica, de animal alimentado con pasto, libre de antibióticos y hormonas.
Pero, ¿qué sucede con las personas que disfrutan de comer productos cárnicos y, a su vez, se interesan por el medio ambiente? La alimentación libre de carne entonces ha mutado hacia algo más flexible e inclusivo, dando a cada individuo la oportunidad de elegir comidas saludables y sustentables, sin renunciar a la carne por completo. Se trata de la dieta «flexitariana».
Mientras que un poco más de 7 millones de estadounidenses son vegetarianos, los flexitarianos ya suman casi 23 millones, es decir que comen una dieta vegetariana, pero de vez en cuando disfrutan de un plato con carne. Este vegetarianismo «part-time» tiene un atractivo más amplio debido a que ayuda a equilibrar los antojos de alimentos con la salud y la sustentabilidad global.
No existen reglas para el flexitarianismo y de eso se trata su principal atractivo. La idea básica es comer muchas verduras, cereales integrales, legumbres, frutos secos y semillas, al tiempo que se reduce el consumo de alimentos de origen animal, tales como: carne, aves de corral y productos lácteos. Los beneficios ambientales no son tan pronunciados como sucede con las dietas vegetarianas estrictas, pero ya es mérito suficiente reducir el consumo a un mínimo.
Un estudio reciente publicado en la revista médica PLOS Medicinedescubrió que aunque una dieta vegetariana estricta puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2 en un 34 por ciento, una dieta flexitariana se asocia con una reducción del riesgo del 20 por ciento. Otras investigaciones demuestran que una dieta flexitariana puede ayudar a reducir los niveles de colesterol y de triglicéridos, así como el riesgo de tener sobrepeso u obesidad. En pocas palabras: no es necesario eliminar la carne por completo para cosechar muchos de los beneficios de una dieta vegetariana.
La mezcla de las ventajas ambientales y de salud personal son el gran impulsor del movimiento flexitariano. Un estudio predijo que una dieta flexitariana podría reducir la mortalidad mundial hasta en un 10 por ciento y las emisiones de gases de efecto invernadero y la relacionada con los alimentos hasta en un 70 por ciento. Y debido a que esta dieta es más flexible, hay una buena probabilidad de que cada vez más personas se sumen al movimiento semi-vegetariano.
Por Cara Rosenbloom, para el Washington Post
(fuente: http://www.infobae.com/tendencias/nutriglam/2016/07/12/flexitarianismo-como-es-la-corriente-alimentaria-que-imponen-los-millennials/)