Un estudio global de UNICEF al que accedió Infobae alertó sobre las experiencias negativas que sufren los jóvenes argentinos de entre 13 y 18 años en las redes sociales.
La mayoría de los adolescentes argentinos se conecta a internet a través de su celular, utilizando las redes sociales para intercambiar mensajes con amigos, familiares, compañeros de la escuela, entre tantos ámbitos posibles. Además, el 80% de los jóvenes de entre 13 y 18 años utiliza la web para realizar tareas escolares, según un estudio que desarrolló UNICEF y al que accedió Infobae.
El informe Kids Online/ Chic@s Conectados. Investigación sobre percepciones y hábitos de niños, niñas y adolescentes en Internet y Redes Sociales formó parte de la iniciativa Global Kids Online (GKO), impulsada por la Unión Europea, la cual busca fortalecer el conocimiento sobre el acceso, las oportunidades, riesgos y seguridad de niños, niñas y adolescentes.
«Las primeras actividades que realizan los niños y luego adolescentes son bastante similares: buscar información para el colegio, ver videos, escuchar música, descargar películas y entretenerse mediante juegos y redes sociales», explicó a Infobae María José Ravalli, especialista en comunicación de UNICEF.
Ravalli destacó que «en Argentina hay más de 13 millones de niños, niñas y adolescentes de los cuales 6 de cada 10 se comunican usando celular y 8 de cada 10 usan internet. La tecnología atraviesa su existencia, impacta en sus modos de conocer, aprender, expresarse, divertirse y comunicarse», destacó.
El 51% de los adolescentes usa internet sin ningún tipo de control.
Sin embargo, también enfrentan y se exponen a diversos riesgos en la web. «Las consecuencias negativas son varias, pero hay tres muy marcadas: el contenido sensible, el discriminatorio y el sexual».
Es muy común que los jóvenes sufran mensajes hirientes y discriminación por parte de compañeros del colegio o de otros ámbitos. En nuestra investigación, la máxima preocupación de los adolescentes está en el entorno que los rodea», dijo Ravalli.
A esos peligros se suma otro que no suele ser contemplado: 4 de cada 10 chicos acceden a encontrarse cara a cara con gente que conoció por la web, generalmente a través de la red social Facebook. Esto es más frecuente en varones y se da mayormente a partir de los 16 años.
Chic@s Conectados también indagó sobre estas experiencias negativas en internet. En total, 8 de cada 10 entrevistados vivió al menos una situación perturbadora como la exposición a imágenes obscenas y pornográficas (37%), de violencia (24%) bullying o maltrato (20%) y discriminación por distintos motivos (13%). Es decir, 1 de cada 3 entrevistados recibió mensajes desagradables e hirientes por internet en los últimos 12 meses.
«Es fundamental que desde el Estado, las políticas públicas implementen alfabetización digital y mediática para adolescentes, entendiendo que es la mejor forma de ayudar a desarrollar las competencias digitales. Hoy los jóvenes saben bloquear un contacto o eliminarlo, pero sería bueno que puedan captar -previamente- situaciones poco felices para no sufrir a futuro», sugirió la especialista de UNICEF.
«Si bien los padres no son los primeros referentes a la hora de hablar sobre problemas en Internet, ante situaciones de gravedad son los principales consejeros», sostuvo Ravelli.
Estos datos ponen de relieve las posibilidades de participación de la familia, tanto los adultos de referencia como los hermanos u otros miembros, en acciones de información y prevención de riesgos, como en favorecer usos enriquecedores de internet.
Para Ravelli, el uso excesivo de internet -como todo aquello que se pasa de sus límites- es negativo. Sin embargo, la conexión de los adolescentes con las herramientas de la web puede resultar positivo si su uso es controlado y adecuado a las necesidades educativas y de ocio que tenga cada persona.
«Como organismo internacional UNICEF no puede darle consejos a los padres, pero sí observamos las grietas a cubrir para que el uso de las redes sociales sea efectivo y sus hijos no sufran ninguno de los riesgos mencionados», concluyó Ravelli.