Lo diseñaron cuatro jóvenes argentinos; se llama Procer y a diferencia de los que ya hay en el mercado se destaca porque es económico, portátil y puede leer libros, facturas y hasta billetes.
En octubre de 2013, después de rendir un examen de la facultad, un grupo de jóvenes se fue a tomar un café. Y aunque esta escena podría replicarse en la mayoría de los bares próximos a universidades, lo interesante fue la charla que mantuvieron. «Empezamos a pensar cómo podía hacer una persona ciega para estudiar o acceder a la información en forma de texto impreso. A partir de ahí se nos ocurrió hablar con potenciales usuarios, tanto personas ciegas como disminuidos visuales, para saber si la idea de realizar un dispositivo portátil que convierta texto impreso a voz les resultaba útil», recuerda Manuel Díaz Ferreiro, uno de los creadores del dispositivo. Y la respuesta no se hizo esperar: lo necesitaban. Ya existían dispositivos, pero muy costosos y no eran portátiles. «Además, la mayoría de los equipos disponibles necesitan una conexión a Internet y no responden a muchas de sus necesidades. Así fue que comenzamos a desarrollarlo y el aporte los potenciales usuarios hizo que este proyecto crezca día a día», asegura Ferreiro.
El resultado de este proceso fue Procer. Se trata de un aparato del tamaño de un celular, que permite convertir cualquier tipo de texto impreso a voz. Obviamente hay muchísimos dispositivos capaces de «leer» en voz alta un texto escrito digital; cualquier celular moderno lo hace. Aquí, sin embargo, se trata de otra cosa: la posibilidad de saber qué dice un papel, un folleto, un billete.
Según relatan sus creadores, el principal objetivo de este proyecto es ayudar a que personas con ceguera, disminución visual o dislexia puedan acceder a información impresa. A través de este equipo pretenden disminuir la brecha entre las personas con este tipo de discapacidad y el resto de la sociedad, logrando una mayor inclusión.
Los cuatro creadores son Manuel Díaz Ferreiro, ingeniero en computación de 30 años; Julián Guerrero, ingeniero electrónico de 26 años; Mariano Lescano, desarrollador de software de 30 años; y José Ribodino, desarrollador de software de 29 años. Todos viven y trabajan en Córdoba, y estudiaron en la Universidad Nacional de Córdoba.
¿Cómo funciona?
El dispositivo tiene una cámara incorporada que puede hacer foco automáticamente y realizar una fotografía de la imagen. En escasos segundos, la procesa y la convierte en voz. Aplica una técnica conocida como OCR (reconocimiento óptico de caracteres, por sus siglas en inglés); es la que usan los scanners convencionales para transformar un texto impreso en texto digital; la fuente del proyecto Gutenberg de digitalización de libros antiguos; o empresas como Google o Microsoft para «leer» el contenido de una foto en sus álbumes de imágenes.
Procer cuenta con un altavoz que le va informado al usuario cómo opera. «Lee libros, revistas, menús de restaurant y folletos. Además permite extraer información relevante de las facturas de servicios e incluso detectar la denominación de los billetes. Y cuenta con la posibilidad de modificar la velocidad de reproducción, poder desplazarse por párrafo, por oración o incluso deletrear una palabra. Adicionalmente, permite la generación de resúmenes, lo cual es muy útil para estudiantes. Se pueden exportar los documentos escaneados tanto en formato de audio como texto y todo eso se puede realizar sin la necesidad de conexión a Internet», describe Ferreiro.
El funcionamiento es simple, a través de la cámara, escáner móvil o pendrive se adquiere la imagen, el sistema detecta automáticamente qué tipo de documento es (libro, billete, factura, folleto), lo procesa y luego lo reproduce, permitiendo al usuario utilizar todas sus funciones; puede determinar el valor de un billete (si es de 50 pesos, 100 pesos, etcétera). «Aunque existen otros productos en el mercado similares e incluso aplicaciones móviles que convierten textos a voz, ninguno de ellos lo combina la portabilidad y funcionalidades del nuestro. Sumado a que sus precios son elevados y muchos de ellos no se consiguen en castellano», señala Ferreiro, cuando se le pregunta sobre sus competidores. Para tener una referencia el equipo y aplicación Blaze cuesta 595 dólares, mientras que el ideado por estos cuatro jóvenes argentinos tendrá un precio de entre 50 y 70 dólares.
El 1 de agosto tendrán listos los primeros prototipos funcionales del dispositivo y luego estos cuatro jóvenes tratarán de conseguir fondos para realizar su primer producción, que estiman saldrá al mercado a partir de los primeros meses de 2017. Los augurios son buenos: este proyecto ya se llevó el primer puesto en el concurso «Abrí tu mundo», organizado por Bic Cristal e Ideame, lo cual les otorgó aporte de $ 40.000 para, sumado al apoyo de la comunidad, reunir el presupuesto necesario para hacer realidad este dispositivo. También ha sido financiado por la Secretaría de Políticas Universitarias del Ministerio de Educación Nacional y fue declarado de interés por la Honorable Cámara de Diputados de la Nación.
Con el propósito de industrializar el producto y lograr comercializarlo de manera masiva, los creadores de PROCER necesitan recaudar $ 100.000. Para lograrlo postularon su proyecto en la plataforma de financiamiento colectivo Ideame, con el fin de recibir colaboraciones para hacerlo realidad.
Fuente: http://www.lanacion.com.ar/1904368-crean-un-dispositivo-portatil-para-ayudar-a-personas-ciegas-a-leer-texto-impreso